Más allá de la Av. Revolución no hay seguridad, es la queja de residentes y comerciantes de la Zona Centro.
Texto y fotos: Crisstian Villicaña
¡Pobre gente que se mete por aquí sin saber que los están viendo para asaltarlos!; eso fue una de las primeras frases que escuché de Raúl, un rotulista del centro que en el momento de nuestra conversación se encontraba haciendo un trabajo para lo que parecía un gimnasio de "vale todo"; expresión que se hizo deporte de contacto y que de manera irónica, parece ser también lo que aplica sobre las avenidas que rodean a la avenida Revolución.
Para ser concretos encontré a Raúl sobre la avenida Mutualismo, entre las calles Segunda y Tercera. En esa cuadra hay dos construcciones de por lo menos cuatro niveles que se encuentran semihabitadas y al mismo tiempo en semiabandono, las cuales, cuenta el rotulista, albergan a personas que se dedican a robar, la gran mayoría por la necesidad de drogarse.
En el día pareciera no haber mayor inconveniente, hay algunos negocios como consultorios médicos, en la esquina una farmacia, un sitio de taxis, así como un estacionamiento, todo ello de alguna manera mantienen el lugar más o menos seguro gran parte del día, pero cuando cae el sol, las cosas cambian.
Y es que acá, no hay tanto vigilancia como la hay en la avenida Revolución, donde a la par del patrullaje en auto, hay policías caminando y otros parados afuera de negocios; una zona turística que se vuelve por distintos intereses, en especial el económico, un motivo primordial para mantenerla blindada, pero lo que queda fuera de ahí corre otra suerte.
"En la tarde asaltan a quien puedan. Yo vivo aquí a dos cuadras, por aquí me la paso haciendo mis trabajos, muchos me conocen en el Centro, pero aún así yo no paso cuando esta medio obscuro por aquí, te asaltan, a quien se deje; aquí hay mucho malandrillo que quiere para la droga y otros que están de cómplices con la policía, roban y se mochan con una parte, los pasean y luego los sueltan, yo he escuchado cuando les dicen a los malandros: 'al rato voy a pasar por lo que me debes'; es pura corrupción, puro peligro, yo habló aquí contigo, pero no quiero foto", me comenta mientras hace una pausa breve, como para asegurarse que no le tomaré vídeo o fotografía con el celular, el cual mantenía en mi mano.
"El problema es que también hay un hotel donde pura raza malandra entra y sale. Y como te digo, la Policía no pasa"; en eso aprovechó para comparar la avenida con la Revolución, a lo que dice: "¡nombre!, aquí no hay nada de eso, se puede parar afuera y no va a ver patrullas, de repente una pasando, pero ahorita porque es el día, en la noche roban, hay gente que hasta la 'pican' con tal de quitarle las cosas que trae", agrega a la plática.
No es la primera vez que escucho ese comentario sobre la falta de elementos policiacos fuera de la avenida Revolución, en otras ocasiones he levantado testimonios que indican que en la calle Quinta y Niños Héroes, a la altura del Cinema Latino, los asaltos son comunes; en otra ocasión, un ciudadano me habló sobre los peligros que significa ir a retirar dinero a una de las sucursales bancarias ubicadas sobre la avenida Constitución, la cual pese a estar a una cuadra de distancia de la avenida Revolución, ya muestra la poca vigilancia.
"Como le decía, yo vivo a dos cuadra de aquí, y en ocasiones que tengo que salir en la noche por algún mandado, me fajo un bat, los que me miran si se sacan de onda y dicen 'este cabrón sí me da'; a mí me vale, ya antes me han asaltado y no voy a dejar que un cabrón hasta me lastime por lo que pueda traer uno, ¿cuánto puede ser? ¿300, 400? no vale la pena, me cuido, se tiene que cuidar uno solo, la policía no te cuida", narra mientras pinta en un pilar lo que parece ser una lista de precios.
Es una realidad que poco se habla, pero que ahí está, el centro de la ciudad sigue siendo un espacio inseguro, en especial por las noches, en donde un gran número de adictos a drogas deambula por la calle buscando ver qué o a quién roba.
Acá las banquetas están más vacías, no hay el bullicio ni el patrullaje de la avenida Revolución, acá, cada quien se rasca con sus propias uñas y sale bien librado si puede; en ese sentido finalizó con una frase que me dijo Raúl "Es mejor no meterse por estos lados solo, no conviene".