La Tijuana de los contrastes no niega su fase violenta, pero tampoco su nobleza de oportunidades.

Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- Tristemente, por segundo año consecutivo, esta ciudad cumple años sumida en una crisis de violencia, con mil 183 homicidios cometidos en lo que va de 2019.

La cifra contrasta con una dinámica social cada vez más efervescente en una ciudad joven, con apenas 130 años de historia, que logra conjuntar esa oscura realidad con “lo otro”, lo positivo, que efectivamente es más, pero no puede dejar de verse marcado con una estadística que por desgracia perfila a volverse costumbre.

Las noticias de homicidios ya no sorprenden como antes; ni siquiera la saña de los asesinatos con la que -de acuerdo a autoridades procuradoras de justicia- los delincuentes buscan amedrentar o sembrar terror en grupos rivales.

La cantidad diaria de muertes violentas trasciende hacia la cuota, a lo cotidiano. Eso con lo que hay que vivir cuando todas las estrategias para frenar al crimen caben en el mismo calificativo: fallidas o hasta exigen retirarles el nombre de estrategias.

Tijuana cumple sus 130 años con un nuevo tipo de migración en su territorio, la de centroamericanos de Honduras, El Salvador y Nicaragua que con una diferencia aún más marcada a la otros grupos de migrantes, no ven a esta ciudad como el destino de sus expectativas sino que siguen pensando en ella sólo como paso obligado para llegar a Estados Unidos.

Llega a su aniversario con la expectativa de llegada de miles más, que esperan respuesta a su solicitud de asilo político en Estados Unidos y tendrán que hacerlo desde acá, según negociaron los gobiernos de México y ese país para frenar la imposición de aranceles a productos nacionales.

También con un grupo, aunque menos reducido, de africanos que han recorrido medio mundo en meses con el mismo anhelo de cumplir un “sueño americano” cada vez más difícil de alcanzar.

Los haitianos, desplazados de su país igualmente por causas naturales que socioeconómicas, han convertido a esta ciudad no sólo en su lugar de acogida sino en su hogar y forman comunidades fuertes como la china y otras minoritarias que se suman para aportar.

Ojalá suceda lo mismo con los recién llegados centroamericanos, para quienes están disponibles 15 mil vacantes nada más en el sector maquilador, con lo que puede hablarse de una tasa de desempleo estabilizada y que llega a sus bajos niveles históricos en el municipio.

A diferencia de hace un año, Tijuana tiene un IVA diferenciado de ocho y 16 por ciento, que si bien no se ha visto reflejado en bonanza económica para la región, por lo menos da esperanza de intenciones por comprender, aunque sea en ese solo ámbito, la realidad fronteriza.

La ciudad cumple 130 años ganando mucho terreno como destino gastronómico, con una amplia agenda de eventos recreativos y culturales y una pujanza extraordinaria que contrasta con un promedio sostenido en últimos días de entre ocho y 10 homicidios diarios, combinación inexplicable, pero vigente en una tierra que pase lo que pase, no deja de ser noble ni carente de oportunidades. (lgs)