Don Fernando era soldado, pero un disparo con arma de fuego bastó para que su futuro fuera muy distinto al presente que tenía.
“Tengo 25 años trabando de fotógrafo, me llamo Fernando Benavides. Recuerdo que empecé con una Polaroid de 1960. En aquel tiempo costaba a 60 pesos el rollo, y luego subió a 120, a 230, hasta llegar a 350 pesos el rollo, entonces cambié a la digital con impresora HP. Ya nos computarizamos.
Antes era más fácil vender la foto y había más dinero, en las quinceañeras, en las fiestas y en las bodas. En aquel tiempo la instantánea se compraba más, yo me llevaba 12 cartuchos de la Polaroid, eran como 120 fotos y las vendía en una noche; recuerdo que sacaba como 6 mil, 7 mil pesos la noche.
Siempre he trabajado la foto en turista, con quienes antes se vendía más, pero llegaron los celulares y cambiaron muchas cosas, aunque casi siempre salen un poco oscuras sus fotos y no se compara con una cámara profesional, que salen más vivas, más claritas y se las entregamos en un minuto impresas.
Aquí con los turistas económicamente está muy bajo, antes el promedio que podía sacar, era entre 150, 200 dólares en un día en la Primera y Ruíz, hoy llevo 30 dólares, que son muy buenos para llevar a la casa.
Tengo dos hijos que dependen de mi trabajo, una muchachita de 13 y uno de 16. Yo antes era soldado, pero por accidente me dieron un balazo en la pierna y ya no pude seguir, fue cuando me puse a trabajar de fotógrafo.
Desgraciadamente, hay una envidia con los fotógrafos que no deja trabajar, uno en el Pueblo Antiguo, y otro en el Papas and Beer, pues llegaron unos fotógrafos y pidieron la exclusiva y me sacaron de ahí. Siento que es un abuso porque tengo más años trabajando en esos lugares y me perjudica económicamente porque ya ni en la banqueta nos dejan estar”.