Los más de 100 mandatarios de otros países e invitados especiales fueron hospedados en hoteles de lujo con cargo al erario.

CDMX.- El festejo por la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 01 de diciembre costó más de 41 millones de pesos al gobierno federal, debido a que en los gastos de la comida-recepción que ofreció el gobierno mexicano se sumaron los hospedajes de cortesía en cinco diferentes hoteles de lujo que ofreció a mandatarios y representantes de diferentes países del mundo.

De ello da cuenta El Universal este jueves, donde se detalla hasta el menú que degustaron los invitados de López Obrador y su esposa Beatriz Gutiérrez Müller en la celebración llevada a cabo en Palacio Nacional.

El reporte se desprenda de una solicitud de información hecha por el rotativo ante la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE),  organizadora del evento.

El costo total fue de 41 millones 18 mil 479 pesos, 701 mil 707 pesos pagados a Huellas de México, S.A. de C.V., por un servicio de cafetería para las reuniones de trabajo en la SRE durante el evento Transmisión de Poder Ejecutivo Federal el 1 de diciembre de 2018 en la Ciudad de México.

Una primera factura de la empresa Creatividad y Espectáculos, S.A. de C.V.,, destaca que ésta cobró a Relaciones Exteriores por “actividades con motivos de la preparación y ejecución de la transmisión del Poder Ejecutivo Federal 2018” un total de 40 millones 316 mil 772 pesos.

“Los bienes y servicios contratados incluyen, entre otros: organización del evento, transporte, hospedaje, alimentos, equipo de sonido, renta y acondicionamiento de espacios, servicio de internet y todo lo necesario”, de acuerdo a los contratos.

Los más de 100 mandatarios e invitados especiales de la Presidencia de la República se hospedaron en cinco distintos hoteles de lujo en la Ciudad de México, entre ellos el Hotel Presidente Intercontinental, Camino Real y J.W. Marriot.

El día de la toma de protesta, el presidente acudió al evento en el automóvil sedan blanco que utilizó desde la campaña y se dijo que había desayunado en casa una combinación mexicana que incluía huevos. Por la tarde acudió a un evento popular en el Zócalo.

El menú que ese día degustaron los invitados a la recepción también incluyó algunos platillos típicos mexicanos: Entrada: ensalada de calabazas criollas en cama de pipián y crema de huitlacoche; segundo tiempo: costilla en salsa de axiote con esquites y molote de plátano y postre a escoger: dulce de zapote negro con nieve de mandarina, y dulce de calabaza de castilla con crema montada de vainilla y garapiñados.