Un estudio del Instituto Federal de Telecomunicaciones entregado al Senado, reveló que en tres semanas se realizaron 219 mil 700 llamadas sospechosas desde siete penales del país.

CDMX.- Miles de llamadas de extorsión en México tienen su origen en penales federales y estatales donde los reos utilizan teléfonos celulares con diferentes tarjetas SIM para comunicarse con sus víctimas.

Así lo revela el Estudio Estadístico del Número de Terminales Móviles y de Llamadas de Móviles y de Casetas Telefónicas Públicas que Operan dentro de una Muestra de Penales en el país, que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) entregó al Senado.

Explicó que con 947 celulares analizados a lo largo de tres semanas, “el conjunto de equipos sospechosos en los siete penales, cuyo número varió cada semana, fue la fuente de 219 mil 700 llamadas en el periodo. Si se anualiza esta estadística, arroja una cantidad de 3.7 millones de llamadas”.

“Se encontraron 947 equipos terminales ‘sospechosos’ durante la primera semana de levantamiento de datos, relacionados con 2 mil 259 IMSIs (Identidad Internacional de Abonado Móvil); durante la segunda semana se identificaron mil 003 equipos con 2 mil 401 IMSIs asociados y para la tercera semana se hallaron 951 terminales utilizando 2 mil 266 IMSIs”.

El estudio fue realizado por compañías telefónicas durante un año, de junio de 2017 a junio de 2018. Para determinar un equipo como “sospechoso” se fijaron cuatro criterios: que el equipo se conecte a la radio base más cercana al penal; que tenga un número atípico de llamadas salientes; que tenga un número elevado de IMSIs que funciona con un mismo equipo o IMEI (Identidad Internacional de Equipo Móvil) y el índice promedio de intensidad en el uso de un equipo para realizar llamadas.

El estudio se divide en cifras sobre telefonía celular y las relacionadas con llamadas que salen de teléfonos públicos ubicados en los penales. Se analizaron 544 mil 513 llamadas de teléfonos fijos, 25 por ciento de las cuales fueron rechazadas por el sistema que identifica su origen y advierte al receptor de dónde proviene la llamada.

Es necesario que “las autoridades penitenciarias diseñen un programa que reduzca al máximo la introducción de equipos terminales y de IMSIs en los recintos penitenciarios y que los equipos bloqueadores de señal se adecuen a las especificaciones técnicas”, concluyó el análisis.