El empresario Gustavo Jiménez Pons acudió este jueves a las oficinas del tabasqueño para presentar su propuesta de compra.

CIUDAD DE MéXICO.- El empresario Gustavo Jiménez Pons, quien dijo ser el propietario de GBS Enterprises, dijo que a medios de comunicación que pagaría hasta  mil 900 millones de pesos por el avión presidencial en el que se traslada Enrique Peña Nieto, y que pretende vender el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador al tomar el cargo el 1 de diciembre.

Lo anterior fue dado a conocer, luego de que el empresario acudió este jueves a las oficinas del tabasqueño para presentar su propuesta de compra.

“Es un avión que tiene la capacidad de transportar a más de 200 personas en toda la comodidad existente, eso no existe en el mundo y ese sería el interés. Si al final de cuentas el Gobierno decide venderlo, yo esperaría que sí (me consideren en la lista y ser de los primeros), pero si decide conservarlo me daría gusto porque le va a servir para representar dignamente a México”, dijo Jiménez Pons, quien es sobrino de Rogelio Jiménez Pons, futuro titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).





Asimismo, dijo que está interesado en adquirir la aeronave porque será hasta el año 2020 cuando se conseguirán en el mercado y pretende utilizarla como taxi aéreo VIP, a un costo de 20 mil pesos la hora.

Como se sabe, la intención del virtual Presidente electo es vender el avión presidencial y, en su lugar, utilizar vuelos comerciales.

En lo que respecta a la aeronave, un Boeing 787-8, ésta  se adquirió en 2012 por 218.7 millones de dólares (187.6 millones de euros), equivalentes a 2 mil 952.4 millones de pesos, con un tipo de cambio de 13.50 pesos por dólar.

De acuerdo con un vendedor de aviones privados citado por el medio Sin Embargo,  el avión presidencial tiene nueve años de antigüedad, porque salió de fábrica en 2009 y considerando que una aeronave se deprecia entre 5 por ciento y 8 por ciento cada año, ahora puede tener un valor de 103.1 millones de euros (120.2 millones de dólares).

En relación al supuesto precio, como ésta se configuró para uso del Gobierno, todo ese equipamiento se va a perder porque no tiene ningún valor para una aerolínea comercial, por lo que se puede vender por 30 por ciento de su precio original.

Además de la pérdida económica que representaría para el nuevo Gobierno la venta del avión presidencial, los expertos consideran que se debe hacer un análisis del costo-beneficio de utilizar vuelos comerciales en lugar de tener una flota presidencial.