La Ley de Mercados Digitales de la UE, que entró en vigor la semana pasada, exige a Apple que ofrezca tiendas de aplicaciones alternativas en los iPhones y que permita a los desarrolladores optar por no utilizar su sistema de pago “in-app”

LOS ÁNGELES. CALIFORNIA.- Los desarrolladores de software que utilizan la App Store de Apple podrán distribuir aplicaciones a los usuarios de la Unión Europea directamente desde sus sitios web a partir de esta primavera boreal, según anunció la empresa, como parte de los cambios exigidos por las nuevas normas comunitarias que obligan a la firma a abrir su ecosistema cerrado.

La Ley de Mercados Digitales (DMA) de la UE, que entró en vigor la semana pasada, exige a Apple que ofrezca tiendas de aplicaciones alternativas en los iPhones y que permita a los desarrolladores optar por no utilizar su sistema de pago “in-app”, que cobra tasas de hasta el 30%.

“Estamos ofreciendo más flexibilidad a los desarrolladores que distribuyen aplicaciones en la Unión Europea, incluida la introducción de una nueva forma de distribuir aplicaciones directamente desde el sitio web de un desarrollador”, dijo Apple en un blog.

“Apple proporcionará a los desarrolladores autorizados acceso a las API (interfaces de programación de aplicaciones) que facilitan la distribución de sus aplicaciones desde la web, la integración con las funciones del sistema, la realización de copias de seguridad y la restauración de las aplicaciones de los usuarios, etc.”, agregó.

Otros cambios son la posibilidad de que los desarrolladores que creen mercados de aplicaciones alternativos ofrezcan un catálogo compuesto exclusivamente por sus propias aplicaciones, con efecto inmediato.

Los desarrolladores podrán elegir cómo diseñar las promociones dentro de la aplicación, los descuentos y otras ofertas cuando dirijan a los usuarios a completar una transacción en su sitio web en lugar de utilizar la plantilla de Apple.

Los cambios de Apple se producen en medio de las continuas críticas de sus rivales, que consideran que sus esfuerzos por cumplir la normativa se están quedando cortos. Las infracciones de la DMA pueden costar a las empresas multas de hasta el 10% de su facturación global.