De manera inobjetable, los panistas de Tijuana sacaron de la dirigencia municipal a Luis Rodolfo Enríquez, quien pretendía reelegirse a pesar de los señalamientos sobre su pasado como funcionario público

TIJUANA.- De manera inobjetable, los panistas de Tijuana sacaron de la dirigencia municipal a Luis Rodolfo Enríquez, quien pretendía reelegirse en el cargo a pesar de los señalamientos sobre su pasado como funcionario público en los tiempos que el panismo estivo en el poder.

Durante la elección realizada este domingo, Rodolfo Enríquez, y el grupo de panistas que querían continuar con el control del partido en Tijuana, fueron relegados hasta el tercer lugar de la votación, en la que tomaron parte más de mil 500 militantes del blanquiazul.

La elección fue ganada por Christopher Domínguez Meraz con 611 votos: en tanto Julio Benítez Flores se ubicó en la segunda posición con 534 sufragios.

Luis Rodolfo Enríquez terminó en la tercera posición con apenas 444 votos.

Los panistas no perdonaron el hecho que Rodolfo Enríquez se sirvió a manos llenas del erario público durante la época en que el PAN gobernó en Baja California.

Al triunfo de la Cuarta Transformación, encabezada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, demostró un respaldo histórico en el estado y sacaron a los blanquiazules del poder, Enríquez quedó refugiado únicamente con la dirigencia partidista.

Desde ahí, Luis Rodolfo la usó como trampolín para continuar siendo el vocero de la minoría de políticos panistas señalados por los bajacalifornianos de ser los responsables de abusos y corrupción.

Este domingo los panistas lo rechazaron como su líder municipal dejándole su lugar a Julio Benítez.

El cambio en la dirigencia municipal del PAN no es poca cosa, el grupo que respaldó a Luis Rodolfo Enríquez tenía mucho tiempo ahí con el partido secuestrado.

El hecho de que las nuevas generaciones de panistas hayan querido sacarlo por la fuerza de las oficinas mandándolo al último lugar de la elección es síntoma de que todos esos “notables” del panismo en Tijuana  han pasado a la historia y no tendrán otra oportunidad para reivindicarse con la militancia.