El titular de la Comisión Estatal del Sistema Penitenciario, Salvador Morales Riubí, destacó la reanudación de las visitas de familiares a los ceresos y de los protocolos sanitarios que se han puesto en marcha

MEXICALI.- La pandemia del Covid-19 ha sido el tema más difícil que ha enfrentado el sistema penitenciario de Baja California en el último año, asegura el comisionado Salvador Morales Riubí, al destacar la reanudación de visita de familiares de las personas privadas de la libertad en ceresos de la entidad.

El hasta hoy titular de la Comisión Estatal del Sistema Penitenciario asegura que el momento más difícil que le tocó enfrentar al frente de esa responsabilidad fue la crisis de Covid que se tuvo de manera simultánea en Mexicali y El Hongo.

Recordó que se llegaron a tener 300 casos sospechosos y se tuvo el temor que se pudiera salir de control.

Sin embargo, se hizo un gran esfuerzo en la coordinación con las autoridades sanitarias, y aunque se registraron decesos se logró contener la fase crítica al interior de los centros.

Afirma que en el camino se aprendieron muchas cosas, y conforme en el exterior la situación ha ido mejorando es que apenas la semana pasada se reanudaron las visitas en los centros penitenciarios de la entidad.

Recordó que asumió el cargo el 20 de marzo del 2020, y al otro día, la Secretaría de Salud decretó la suspensión de visitas a los ceresos, como parte de las acciones para controlar la pandemia y prevenir contagios de las personas privadas de la libertad.

Reconoce que en un principio no conocía la magnitud de esa decisión, pero conforme se empezó a aplicar vio lo que ello implicaba para la población penitenciaria y todo el sistema en su conjunto.

Afirma que al inicio de la pandemia los familiares de las personas privadas de la libertad no tenían información y tampoco confianza en las autoridades, sobre el estado de salud de sus familiares.

Ahora con la reanudación de las visitas, los familiares han visto las medidas de control sanitario y la responsabilidad con la cual se ejercen, y, sobre todo, ver y conocer el estado de salud de las personas privadas de la libertad.

En ese sentido, señala que en coordinación con la Secretaría de Salud se definió un protocolo sanitario que se aplica en todos los centros penitenciarios de la entidad.

Para ingresar a cada área de cada cereso, se tienen filtros sanitarios, en los que el uso de cubrebocas, gel antibacterial y sanitización es obligatorio en lo general, y así los han constatado los familiares ahora que se reanudaron las visitas.

Además, agrega Morales Riubí, la pandemia del Covid-19 ha dejado una gran lección para las personas privadas de la libertad y el personal de custodia, “nos ayuda a redefinir la convivencia diaria al interior de los centro penitenciarios por la sana distancia, la limpieza, la instalación de filtros sanitarios, el uso de cubrebocas en todos los espacios”, apuntó.

“Se han eliminado los tufos y olores diarios, que es reconocido por las personas privadas de la libertad, quienes han entendido la importancia de la limpieza en sus propios espacios.

Si la pandemia no hubiese estado presente se pudo haber hecho más en otros aspectos pero se atendió el reto principal que se tuvo que fueron la salud y la seguridad de los centros penitenciarios.

A largo plazo, refiere Salvador Morales, el sistema penitenciario de Baja California se encuentra en un proceso de redefinición del modelo de reinserción social a partir de un trabajo con el equipo de la comisión estatal además de asesores nacionales.

Al día de ayer, la población penitenciaria era de un total de 12 mil 733 personas privadas de la libertad, ; 2 mil 480 en Mexicali; 4 mil 294 en Tijuana; mil 167 en Ensenada; El Hongo I, 3 mil 359; El Hongo II, mil 026; El Hongo III, 457; en tanto a 52 jóvenes en los centro de internamiento para adolescentes en la entidad.

Este viernes, Salvador Morales Riubí se separa del cargo que ocupó durante doce meses.