La exposición constante a altos niveles de sonido puede provocar pérdida progresiva de audición, dolores de cabeza, alteraciones del estado de ánimo e incluso problemas cardiovasculares
La exposición constante a altos niveles de sonido puede provocar pérdida progresiva de audición, dolores de cabeza, alteraciones del estado de ánimo e incluso problemas cardiovasculares