La clausura del restaurante se debió a que la trampa de grasa no cumplía con su función, al retener solo el ocho por ciento del desperdicio generado
La clausura del restaurante se debió a que la trampa de grasa no cumplía con su función, al retener solo el ocho por ciento del desperdicio generado
El pequeño restaurante, llamado La Morada, se convirtió en comedor de beneficencia durante la pandemia y en la actualidad produce unas 650 comidas al día que se reparten a desempleados o migrantes