Una estrella joven, de solo unos tres millones de años, junto a su planeta en tránsito, el más joven hallado hasta la fecha, forman un sistema que puede ser un objetivo útil para estudiar las primeras etapas de la formación planetaria
Una estrella joven, de solo unos tres millones de años, junto a su planeta en tránsito, el más joven hallado hasta la fecha, forman un sistema que puede ser un objetivo útil para estudiar las primeras etapas de la formación planetaria