Desde que tiene memoria, en las buenas y en las malas, Roy Vargas ha sido un gran fanático del Cruz Azul, la emoción, alegría y amor por la Máquina Cementera lo motivó a convertir su hogar en un templo para la “máquina celeste”
Desde que tiene memoria, en las buenas y en las malas, Roy Vargas ha sido un gran fanático del Cruz Azul, la emoción, alegría y amor por la Máquina Cementera lo motivó a convertir su hogar en un templo para la “máquina celeste”