“En mi país no hay trabajo, ahí hay mucha discriminación, no podemos andar con el pelo largo porque nos discriminan en los trabajos, tenemos amenazas, entre la misma población somos discriminados, no tenemos cómo mantenernos”.
Por: Ashlei Espinoza Rodríguez
HUIXTLA.- Alegres y llenos de esperanza, los miembros de la comunidad LGBTTTI que viajan en caravanas migrantes, además del cansancio y hartazgo de caminar largas jornadas, afirman que sufren homofobia por parte de sus connacionales y de mexicanos.
Sus voces resuenan por doquier, siempre risueñas, pícaras, sinceras. Si alguien sabe mantener el ánimo en los momentos más crudos y desesperantes de este tipo de travesías, son precisamente las y los miembros migrantes de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual (LGBTTTI).
No obstante, más rápido de lo que quisieran, la algarabía de este pequeño grupo de apenas nueve integrantes, se ve mermada por la discriminación y la homofobia que, dicen, han encontrado durante su paso por tierras mexicanas.
Ellas y ellos salieron de sus países porque ya no podían tolerar esto, y para su sorpresa y desilusión, cruzar la frontera no ha significado algún cambio. A cada paso que dan, tropiezan con el miedo y el desprecio a lo diferente.
“En el camino encontramos personas que siguen haciendo lo mismo y les digo que se comporten, que no discriminen, porque venimos de un país que eso hace y llegamos a otro país que también lo hace”, aseguró José Antonio o “Nancy Paola”, como lo conocían en el ambiente nocturno de Honduras.
El migrante narró que decidió salir de su país por la discriminación que sufría en los trabajos y en la calle, así como por amenazas de pandillas. Para él volver a su nación no es una opción.
Al escuchar el testimonio de José Antonio, su amigo Víctor Daniel también de Honduras, inmediatamente mueve la cabeza en un gesto afirmativo y aunque sus lentes oscuros impiden ver su mirada, se nota que hablar de esto, le duele.
“En mi país no hay trabajo, ahí hay mucha discriminación, no podemos andar con el pelo largo porque nos discriminan en los trabajos, tenemos amenazas, entre la misma población somos discriminados, no tenemos cómo mantenernos”, apuntó Víctor Daniel.
Ante esto, este grupo de nueve personas en días pasados hizo un llamado en conjunto a las autoridades mexicanas y a organizaciones civiles y de derechos humanos para que les brinden apoyo y seguridad para poder llegar a Tijuana para intentar “cruzar el charco”.
“Le digo a Derechos Humanos que nos apoyen, porque nosotros tenemos la necesidad de salir a delante y llegar a donde queremos ir. Les pido a las organizaciones que nos ayuden porque somos seres humanos y miembros de la comunidad LGBTTI”, exclamó Víctor Daniel.
Con un maquillaje casi impecable pese al intenso calor que se siente en Huixtla, José Antonio manifestó que su intención es llegar a la frontera norte y entregarse a las autoridades estadunidenses para ver si le pueden brindar una visa humanitaria que le permita trasladarse a Houston, Texas, donde tiene personas conocidas.
“Tengo metas que cumplir, apoyar a mi familia, a mi madre, a mis hermanos, sacarlos adelante, no darles riquezas pero sí una vida mejor”, expresó.
El viaje en las caravanas migrantes es largo, pero la algarabía de estos migrantes se mantiene a tope, no les queda de otra. “El calor es la adrenalina de nosotras”, dice coqueta Vidalia Michelle, quien es imposible no notar entre la multitud, con su cabello pintado de azul y sus pestañas rizadas con rímel color rosa. (Notimex)