En el albergue habilitado en el auditorio municipal de Mapastepec, se encuentran dos caravanas de más de dos mil personas cada una, integrada en su mayoría por gente de nacionalidad hondureña, cubana, salvadoreña y nicaragüense.

Por: Ashlei Espinoza Rodríguez

MAPASTEPEC.- Sus gestos impasibles se ven vulnerados con lo que sucede a su alrededor. No podría ser de otra manera. El simple acto de servir un plato de comida, se ha convertido en la fuente que mantiene en pie las esperanzas de miles de migrantes en este municipio.

Al observar que el primero en la fila es un menor de origen hondureño que llegó corriendo con su botella de refresco vacía y un plato de plástico, desde el otro lado del albergue habilitado en el auditorio de Mapastepec, los elementos del Ejército a cargo del comedor comunitario, no pueden más que sonreír.

La escena del niño impaciente por ser atendido por los militares y sus simpáticas exigencias para que comiencen a servir: “¿ya terminaron? ¡Tengo hambre!”, causa un ataque de risa colectiva entre los demás centroamericanos de todas las edades que se han integrado a la formación.

Con el objetivo de atender a la población de más de cuatro mil migrantes que se encuentran varados en este municipio, la Secretaría de la Defensa Nacional puso en marcha el Plan DN-III-E, a través del cual, 21 elementos del Ejército entre oficiales y tropas, brindan alimento a mil 204 personas.

En entrevista para Notimex, el capitán segundo intendente, Deolegario Hernández Hernández, detalló que los insumos para elaborar los platillos de los desayunos y cenas que se preparan en la cocina móvil del Ejército, son donados por la Coordinación Nacional de Protección Civil.

En la fila, el infante ya no puede contener más la inquietud y el entusiasmo por recibir sus alimentos. Los elementos del Ejército se rinden ante él y lo hacen pasar con su plato, previamente lavado en un depósito de agua, para servirle un menú sencillo que, en estas condiciones, sabe a “esperanza”.

Arroz, frijoles negros, un guisado de lata como atún o sardina y para los menores, ensalada de lechuga y jitomate, colman los humildes platos de los centroamericanos, quienes de vez en cuando dan un “gracias” a los oficiales.

Temeroso por la imponente imagen de los elementos del Ejército, otro pequeño de aproximadamente de seis años de edad, duda en acercarse con las tropas que se encuentran sirviendo agua en botellas de plástico desgastadas.

“Dame tu botella hijo”, le dice uno de los militares al infante, quien con precaución se la da. Sin dejar de mirarlo con inseguridad, el niño observa como es rellenado su envase, “aquí tienes hijo”, le dice un oficial al tiempo que le remueve el cabello.

El pequeño toma su botella, mira al oficial nuevamente y se echa a correr hasta el otro lado del albergue. Tal vez, para él sea raro encontrar esta amabilidad de la autoridad, en su país quizás las cosas sean muy diferentes.

“Se siente bien poder ayudar a las personas que más lo necesiten, te da mucho orgullo”, afirmó el capitán segundo intendente, Hernández Hernández.

En el albergue habilitado en el auditorio municipal de Mapastepec, se encuentran dos caravanas de más de dos mil personas cada una, integrada en su mayoría por gente de nacionalidad hondureña, cubana, salvadoreña y nicaragüense.

Luego del altercado suscitado el sábado pasado, cuando un grupo de migrantes agredió verbalmente y con piedras a autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM), refugiados detallan que solamente se ha quedado el apoyo del Ejército y de la Coordinación Nacional de Protección Civil, para brindarles alimento y agua.

“Nos han quitado los servicios de Salud, se llevaron las medicinas (…) sólo el Ejército se ha quedado, pero sólo son dos tiempos de comida y hay niños que quieren comer otra vez, tiene hambre”, señaló Estarlin Guevara, migrante hondureña, quien pidió más apoyo de las autoridades en cuestión de alimentos y atención médica.

Aunque los pobladores han solicitado al INM que envíe a un comisión para que les den una respuesta definitiva para ver si les otorgarán las visas humanitarias que solicitan para moverse libremente por el país, hasta el momento no han recibido respuesta de las autoridades migratorias.