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Brasil da inicio a los eventos de la COP30: el mundo pone la mirada en Belém ante nuevos desafíos climáticos
A tres días de la cumbre climática más importante del año, Brasil inaugura una serie de encuentros y foros previos en São Paulo y Belém. El país busca posicionarse como líder en la acción ambiental global, en medio de un escenario político y económico que pone a prueba los compromisos internacionales
                    
                       Delegados internacionales se preparan para la COP30 en Belém, donde Brasil busca reafirmar su papel como líder climático global.
                    
                Brasil ha dado este lunes el puntapié inicial a las actividades oficiales vinculadas a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebrará en Belém, estado de Pará, del 6 al 7 de noviembre. Durante tres semanas, el país sudamericano será el epicentro de debates, foros empresariales y encuentros multilaterales que definirán el rumbo de las políticas climáticas globales para la próxima década.
La apertura tuvo lugar en São Paulo, donde representantes del sector privado, organizaciones civiles y funcionarios del gobierno firmaron una carta abierta en la que instan a los líderes mundiales a acelerar la transición energética y a redoblar los incentivos a las energías renovables, en reemplazo de los combustibles fósiles.
El gobierno brasileño, encabezado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, busca proyectar la imagen de un país comprometido con la sostenibilidad, al tiempo que enfrenta tensiones internas por el avance de la deforestación y los conflictos entre desarrollo económico y conservación ambiental.
Analistas internacionales destacan que la COP30 será decisiva para medir la voluntad real de las naciones de cumplir los acuerdos de reducción de emisiones pactados en París en 2015. Con economías aún golpeadas por la inflación y la crisis energética, varios países han postergado sus compromisos o adoptado posturas más cautas.
Sin embargo, el simbolismo de celebrar la cumbre en el corazón de la Amazonía refuerza el mensaje de urgencia ambiental. Los organizadores prevén la asistencia de más de 30 000 delegados, entre jefes de Estado, científicos, activistas y empresarios.
Mientras tanto, se espera que la agenda gire en torno a la financiación internacional, el fortalecimiento de los fondos verdes y las estrategias para detener la pérdida de biodiversidad. El desafío, señalan expertos, será traducir las promesas en acciones concretas antes de que la ventana de tiempo para evitar un calentamiento superior a los 1.5 °C se cierre definitivamente.
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