El presidente estadounidense Donald Trump anunció un encuentro con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la capital húngara, con el objetivo declarado de poner fin a la guerra en Ucrania. La reunión se celebrará antes de la esperada visita del presidente ucraniano Volodímir Zelenski a la Casa Blanca
En un movimiento diplomático sorpresivo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que se reunirá con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, este jueves en Budapest, con la intención de avanzar hacia un acuerdo que ponga fin a más de tres años de guerra en Ucrania.
Según informó la Casa Blanca, el encuentro fue coordinado con el gobierno de Hungría, encabezado por Viktor Orbán, quien ha mantenido una postura cercana al Kremlin y se ha ofrecido como mediador entre Moscú y Washington. La reunión se produce en un momento de creciente presión internacional para alcanzar un alto el fuego duradero tras el reciente estancamiento en las líneas de combate del este ucraniano.
Trump aseguró que su objetivo es “terminar con la guerra y restaurar la estabilidad en Europa”, aunque evitó detallar las condiciones concretas que se discutirán. “Es hora de la paz. Nadie quiere que esto continúe”, declaró antes de abordar el avión presidencial rumbo a Hungría.
Por su parte, el Kremlin confirmó la asistencia de Putin al encuentro y señaló que espera una “conversación franca y constructiva”. Analistas internacionales destacan que esta será la primera reunión directa entre ambos mandatarios desde que Trump regresó a la Casa Blanca, lo que podría marcar un giro en la política exterior estadounidense hacia Rusia.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski visitará Washington el viernes, apenas un día después del encuentro de Budapest, para mantener conversaciones bilaterales con Trump sobre el apoyo militar y las garantías de seguridad a largo plazo. Fuentes diplomáticas en Europa advierten que Ucrania teme que un acuerdo directo entre EE. UU. y Rusia deje fuera a Kiev de las negociaciones principales.
Mientras tanto, la Unión Europea y la OTAN han mostrado cautela ante la iniciativa, subrayando que cualquier solución debe respetar la soberanía ucraniana y las fronteras reconocidas internacionalmente.