La liberación se produjo como parte de un cese al fuego respaldado por Estados Unidos y Egipto. Israel, a su vez, excarceló a más de 1,900 prisioneros palestinos en uno de los intercambios más significativos del conflicto reciente

Tras más de dos años de cautiverio en la Franja de Gaza, Hamás liberó este lunes a los 20 últimos rehenes israelíes vivos, en el marco de un acuerdo de cese al fuego negociado con la mediación de Estados Unidos, Egipto y Catar. El intercambio marca un punto de inflexión en el prolongado conflicto entre Israel y el grupo islamista palestino.

El operativo de liberación se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad en el cruce fronterizo de Rafah. En paralelo, el gobierno israelí ordenó la excarcelación de 1,943 prisioneros palestinos, muchos de ellos detenidos sin juicio previo bajo leyes de detención administrativa.

El presidente estadounidense Donald Trump, quien se encuentra de gira por Oriente Medio, participó directamente en la cumbre celebrada en Sharm el-Sheikh, Egipto, donde se ratificó el alto al fuego con la presencia de más de veinte líderes internacionales. “Hoy el mundo presencia un paso hacia la paz”, declaró Trump, destacando el papel de mediación de Egipto y Catar.

Fuentes diplomáticas señalaron que el acuerdo incluye compromisos humanitarios adicionales, entre ellos la reapertura gradual de corredores de ayuda y el inicio de conversaciones para la reconstrucción de Gaza. Sin embargo, el futuro político de la región sigue siendo incierto, mientras las familias de las víctimas celebran el regreso de sus seres queridos tras 742 días de incertidumbre.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el acuerdo como “una victoria moral y humanitaria”, aunque reconoció que aún queda pendiente el desafío de garantizar una paz duradera. Por su parte, Hamás emitió un comunicado en el que afirma que “la resistencia logró demostrar su fortaleza política y militar frente a la ocupación”.

Analistas internacionales coinciden en que este acontecimiento podría abrir la puerta a un nuevo proceso de diálogo, siempre y cuando se mantenga la estabilidad en las próximas semanas.