Tras más de un año de hostilidades, Israel y Hamás firmaron un acuerdo de paz con mediación internacional que incluye el cese total de ataques, la liberación de prisioneros y la apertura de corredores humanitarios. Líderes mundiales calificaron el hecho como un momento histórico para Medio Oriente
El sábado 11 de octubre de 2025, Israel y Hamás firmaron oficialmente la primera fase de un acuerdo de paz integralque pone fin a uno de los periodos más sangrientos en la Franja de Gaza desde 2023. La ceremonia tuvo lugar en El Cairo, Egipto, con la presencia de representantes de Naciones Unidas, Estados Unidos, Egipto y Catar, quienes fungieron como mediadores en las negociaciones.
El acuerdo contempla un alto el fuego permanente, la liberación progresiva de prisioneros palestinos —estimados en más de 2,000— y el intercambio de 48 rehenes israelíes retenidos por Hamás. Además, se acordó la reconstrucción de Gaza con apoyo internacional y la apertura de corredores humanitarios bajo supervisión conjunta de la ONU y Egipto.
El presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu encabezaron la ceremonia, junto con el líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, quien participó mediante videoconferencia desde Doha. Trump calificó el pacto como “una victoria para la humanidad”, mientras que Netanyahu lo describió como “un paso hacia una nueva era de seguridad y esperanza para Israel y Palestina”.
Por su parte, la comunidad internacional reaccionó con optimismo. El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó que el acuerdo representa “una oportunidad real para consolidar la paz duradera que el pueblo palestino e israelí merecen desde hace generaciones”. Sin embargo, organismos de derechos humanos recordaron que la verdadera prueba será su cumplimiento efectivo en el terreno.
Las primeras imágenes posteriores al acuerdo mostraron a cientos de familias palestinas regresando al norte de Gaza, mientras equipos humanitarios iniciaban la entrega de alimentos, medicinas y materiales de reconstrucción. Pese al clima de esperanza, analistas advirtieron que las tensiones fronterizas y los desafíos políticos internos de ambas partes podrían complicar la implementación del tratado.