El exdelantero de las Chivas habría utilizado su posición económica y familiar para ejercer presión psicológica sobre la joven víctima desde que tenía 11 o 12 años
GUADALAJARA, JALISCO.- El exjugador Omar Bravo fue vinculado a proceso por el presunto delito de abuso sexual infantil agravado, tras una audiencia de más de 12 horas ante un juez de control en el estado de Jalisco.
La Fiscalía del Estado presentó pruebas suficientes para sustentar la acusación, lo que derivó en la imposición de seis meses de prisión preventiva oficiosa, medida que podría extenderse hasta por dos años mientras avanza el proceso judicial.
El abogado de la víctima celebró la resolución, calificándola como un paso firme en la búsqueda de justicia: “Indudablemente que hoy se hizo justicia. Este tipo de delitos, por su gravedad, requieren prisión preventiva. Es una medida constitucional y necesaria”, declaró Soltero.
Por su parte, la defensa de Bravo, encabezada por Leobardo Treviño, lamentó la decisión y aseguró que la fama del exdelantero influyó en la resolución judicial. “El hecho de que Omar sea una figura pública nos jugó en contra”, expresó.
Mientras tanto, la víctima y su familia enfrentan un proceso doloroso, pero, según su abogado, respaldadas por evidencia sólida y una determinación clara: “Este caso demuestra que ninguna fama o reconocimiento deportivo debe estar por encima de la ley. La justicia debe prevalecer”, concluyó Soltero.
El juicio de Omar Bravo aún no tiene fecha definitiva, pero se espera que las audiencias formales inicien en las próximas semanas.
De acuerdo con el abogado Juan Soltero, representante legal de la víctima, el exdelantero de las Chivas habría utilizado su posición económica y familiar para ejercer presión psicológica sobre la joven.
“Siempre era un tema de coacción: ‘si no lo haces, ya no les voy a ayudar, ya no voy a ayudar a tu mamá. Si no lo haces, me voy a enojar’. Incluso hasta ofertas de dinero”, relató Soltero ante medios de comunicación.
Según la declaración del abogado, la menor, hoy mayor de edad, soportó una situación de abuso sostenido que combinaba amenazas veladas, manipulación emocional y presiones económicas. El entorno familiar, en apariencia normal, ocultaba dinámicas de control que la víctima documentó con el paso del tiempo.
Cansada de la situación y ante la falta de credibilidad que temía encontrar, la joven decidió grabar las interacciones y abusos de su padrastro. Su intención, explicó Soltero, era mostrarle a su madre pruebas irrefutables de lo que ocurría en casa.
“La víctima, que en ese momento tenía 17 años, aportó como evidencia audios y capturas de pantalla”, confirmó el abogado.“Aunque las pruebas no son explícitas, sí poseen contenido suficiente para validar los hechos. En uno de los videos se escucha claramente una voz y un contexto que refuerzan la denuncia”, añadió.
El testimonio también reveló que fue el novio de la menor quien la impulsó a contar la verdad. Cada vez que Bravo le decía frases como “voy a visitarte a tu cuarto” o “ven para acá”, la joven lo comentaba con su pareja. Él, preocupado, le recomendó hablar con su madre.
“Con valentía, la menor conversó con su mamá, le explicó lo que estaba sucediendo y en ese momento la madre tomó cartas en el asunto”, relató Soltero.