La operación naval israelí contra la flotilla Global Sumud, que transportaba ayuda humanitaria y más de 500 activistas de 47 países, ha provocado manifestaciones, tensiones diplomáticas y llamados a sanciones en diversas capitales del mundo. Entre los detenidos figura la activista sueca Greta Thunberg
La tensión en Oriente Medio se intensificó este jueves tras la intercepción por parte de Israel de la flotilla humanitaria Global Sumud, un convoy compuesto por más de 40 embarcaciones con destino a Gaza. El operativo, realizado en aguas internacionales según los organizadores, terminó con la detención de centenares de activistas procedentes de 47 países, entre ellos la reconocida activista ambiental Greta Thunberg.
El gobierno israelí afirmó que la operación se llevó a cabo “sin bajas y de manera controlada”, asegurando que los pasajeros “se encuentran sanos y salvos”. Sin embargo, la acción ha sido duramente criticada por organizaciones internacionales y gobiernos que denuncian una “violación al derecho internacional” y un “acto de agresión contra la sociedad civil”.
La noticia encendió protestas en varias capitales europeas y latinoamericanas, incluyendo Berlín, Roma, Atenas y Buenos Aires, donde miles de manifestantes exigieron la liberación inmediata de los activistas y el levantamiento del bloqueo sobre Gaza. Algunos países, como Grecia e Irlanda, convocaron a embajadores israelíes para expresar su rechazo, mientras que en el Parlamento Europeo varios legisladores pidieron sanciones contra Tel Aviv.
El episodio recuerda a la crisis de 2010 con la flotilla Mavi Marmara, que también intentó romper el bloqueo de Gaza y dejó nueve activistas muertos tras un asalto israelí. Esta vez, aunque no se reportaron víctimas mortales, el trasfondo político y diplomático amenaza con escalar el conflicto en la región.