La 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas arranca en Nueva York bajo la sombra de la guerra en Ucrania, el conflicto en Gaza y la creciente tensión con Irán. El regreso de Donald Trump al podio de la ONU promete un discurso centrado en recortes a la ayuda internacional
Los líderes del mundo se reúnen esta semana en la sede de la ONU para dar inicio a la 79ª Asamblea General, en un contexto cargado de tensiones geopolíticas. Los debates estarán dominados por la guerra en Ucrania, el recrudecimiento del conflicto en Gaza y las negociaciones fallidas en torno al programa nuclear iraní.
El secretario general, António Guterres, advirtió en su discurso inaugural sobre la “fragmentación peligrosa” del orden internacional y urgió a los Estados miembros a “retomar el camino del diálogo antes de que la desconfianza se convierta en ruptura irreversible”.
Uno de los momentos más esperados será la intervención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su regreso al podio de Naciones Unidas. Fuentes diplomáticas anticipan que insistirá en la reducción del financiamiento estadounidense a programas internacionales, lo que genera inquietud entre los países más dependientes de esa cooperación.
La cuestión del reconocimiento del Estado palestino también ocupará un lugar central en la agenda. Varios países han solicitado que se acelere un proceso de adhesión plena a la ONU, en medio de la intensificación de los combates en Gaza y la creciente presión sobre Israel.
Con un escenario internacional convulso, la Asamblea General de este año se perfila como una de las más tensas de la última década, reflejando las fracturas políticas, económicas y sociales que marcan el presente global.