La constelación de cuatro satélites de la misión PUNCH comienza a enviar datos para estudiar la corona del Sol y su interacción con el espacio interplanetario, con el objetivo de mejorar las predicciones sobre el clima espacial

La NASA ha anunciado que la misión PUNCH (Polarimeter to Unify the Corona and Heliosphere) alcanzó con éxito su órbita científica, marcando el inicio de una nueva etapa en la observación del Sol. Las cuatro pequeñas naves que conforman la misión han sido posicionadas para trabajar de manera coordinada y ofrecer una visión continua y global de la corona solar —la capa más externa del Sol— y su conexión con el viento solar.

La misión busca comprender cómo la corona solar se expande y se transforma en viento solar, un flujo constante de partículas cargadas que puede generar tormentas geomagnéticas con impactos en satélites, redes eléctricas y sistemas de comunicación en la Tierra.

PUNCH trabajará en conjunto con otras misiones, como Parker Solar Probe y Solar Orbiter, pero aportará una perspectiva única al capturar imágenes panorámicas que unen la corona y el espacio interplanetario. Los datos permitirán a los científicos rastrear la formación y propagación de eyecciones de masa coronal, mejorando las predicciones de fenómenos que pueden afectar la tecnología y la infraestructura global.

“La información de PUNCH no solo ampliará nuestro conocimiento del Sol, sino que también ayudará a proteger nuestra vida cotidiana en un mundo cada vez más dependiente de la tecnología espacial”, afirmó Craig DeForest, investigador principal de la misión.

Con una vida útil inicial de dos años, PUNCH promete aportar una comprensión sin precedentes de las dinámicas solares y reforzar la capacidad de respuesta ante eventos de clima espacial.