Ucrania enfrentó durante la madrugada del 4 de julio el ataque aéreo más intenso desde el inicio de la invasión rusa, con más de 550 misiles y drones lanzados sobre su territorio. La mayoría fue interceptada, pero se reportan al menos 20 muertos y daños significativos en Kiev

Las fuerzas armadas rusas lanzaron este jueves un ataque aéreo masivo contra Ucrania, considerado por las autoridades como el más devastador desde el comienzo de la guerra en 2022. La ofensiva, que comenzó en la madrugada, incluyó el lanzamiento coordinado de más de 550 misiles y drones Shahed sobre la capital y otras regiones estratégicas del país.

Según el Estado Mayor ucraniano, 273 de los proyectiles fueron interceptados por los sistemas de defensa aérea, recientemente reforzados con tecnología occidental. A pesar de la alta tasa de intercepción, al menos 20 personas murieron y más de 70 resultaron heridas, principalmente en Kiev y Dnipró, donde misiles impactaron zonas residenciales e infraestructura energética.

El presidente Volodímir Zelensky calificó el ataque como “un acto de terrorismo absoluto” y reafirmó que “cada vida perdida solo refuerza nuestra determinación de defender nuestro país hasta el final”.

El sistema energético nacional también fue blanco de la ofensiva. Varias subestaciones eléctricas y centros logísticos fueron destruidos, provocando cortes de electricidad en más de una docena de regiones. Las autoridades ucranianas advirtieron sobre posibles racionamientos de energía en los próximos días.

Este ataque ocurre en medio de un contexto diplomático tenso. El mismo día, Zelensky sostuvo una llamada con el expresidente Donald Trump, quien prometió apoyo para reforzar las capacidades de defensa aérea de Ucrania. Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea condenaron enérgicamente el ataque y pidieron sanciones adicionales contra Moscú.

El Kremlin no ha emitido comentarios oficiales, pero fuentes del Ministerio de Defensa ruso insinuaron que el operativo fue en respuesta a recientes incursiones ucranianas en territorio ruso.

Mientras la comunidad internacional expresa su repudio, la población ucraniana vuelve a enfrentarse a una noche de sirenas, oscuridad y miedo, en una guerra que parece lejos de terminar.