Este mes de junio, los cielos despejados y la posición de la Tierra brindan la mejor oportunidad del año para contemplar el centro galáctico, un espectáculo que maravilla a astrónomos y aficionados por igual

Junio es el mes ideal para los amantes de la astronomía. Según expertos de la NASA, durante las noches de este periodo es posible observar la Vía Láctea en todo su esplendor, especialmente el núcleo galáctico, que se alza en el horizonte poco después de la puesta del Sol. Las condiciones son particularmente favorables para quienes se encuentren lejos de la contaminación lumínica de las ciudades.

El centro de nuestra galaxia —una densa región repleta de estrellas, nubes de gas y el agujero negro supermasivo Sagitario A*— se presenta como una banda luminosa que cruza el firmamento. Astrónomos recomiendan dirigir la mirada hacia el sur, en noches sin Luna, y utilizar binoculares o simplemente los ojos desnudos para captar el brillo difuso de la Vía Láctea.

Además del espectáculo galáctico, junio trae consigo alineaciones planetarias y lluvias de meteoros menores, convirtiendo este mes en un festín para la observación nocturna. Organizaciones científicas y clubes de astronomía han programado eventos para guiar a los curiosos en esta experiencia, fomentando así el interés por el cosmos.