La erupción del volcán de Fuego, iniciada el 4 de junio, concluyó este viernes tras provocar la evacuación de más de 700 personas y afectar cultivos en varias regiones de Guatemala. Las autoridades mantienen la alerta anaranjada debido al riesgo de lahares
El volcán de Fuego, uno de los más activos de Centroamérica, finalizó su reciente fase eruptiva este 6 de junio después de más de 30 horas de actividad continua que incluyó explosiones, flujos de lava y caída de ceniza.
Según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), la erupción comenzó la noche del 4 de junio, generando columnas de ceniza de hasta 6.000 metros de altura y flujos piroclásticos que descendieron por las barrancas Ceniza, Seca y Las Lajas.
Como medida preventiva, las autoridades evacuaron a más de 700 personas de comunidades en los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, incluyendo Panimaché I, Morelia, El Porvenir y Las Lajitas. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) habilitó albergues temporales en zonas seguras para los afectados.
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) advirtió que la ceniza volcánica podría afectar más de 113.000 hectáreas de cultivos, especialmente de café, hortalizas y caña de azúcar, en los departamentos de Chimaltenango, Escuintla, Sacatepéquez, Sololá y Suchitepéquez. Se recomendó a los agricultores proteger sus siembras y evitar el riego con agua contaminada por ceniza.
Aunque la actividad eruptiva ha cesado, las autoridades mantienen la alerta anaranjada institucional debido al riesgo de lahares provocados por las lluvias en las zonas afectadas. El Insivumeh continúa monitoreando el volcán y recomienda precaución a la población cercana.