Los seguidores del conjunto italiano invadieron el Sur de Alemania, pero no fue suficiente para la derrota más dolorosa en la historia de su equipo en Europa

Por Manuel R. Medin

MÚNICH, ALEMANIA.-
Los cánticos de los fans del Internazionale hicieron eco en todas las calles del Sur de Alemania. Los seguidores del París Saint-Germain eran menos y por ende incluso menos ruidosos. Pero tras una clase magistral del Luis Enrique y sus pupilos, algo quedó muy claro: Inter de Milán se quedó con Múnich, pero el PSG con el trofeo de la Champions League.

Desde temprano, los fans del Inter demostraron tener una pasión por su equipo sin precedente, llenando de cánticos cada rincón de los lugares más icónicos de la ciudad. Los colores azul y dorado invadieron todas las calles; incluso el lugar más sagrado para los seguidores del club local Bayern de Múnich, la explanada de Marienplatz donde festejan todos sus títulos, fue completamente del Inter.

Y la fiesta siguió, el metro, los autobuses y las afueras del Allianz Arena hablaban italiano. Ayuda mucho que la distancia entre Milán y Múnich es apenas cinco horas y un poco más.

Pero los aficionados de París buscaban a los suyos, con cánticos y palabras de aliento, hacían pequeños grupos para poder apoyar a los suyos; y ahora era muy claro: los fanáticos tenían una gran confianza en su director técnico, Luis Enrique.

Así como los fans del Inter invadieron la ciudad, los fanáticos del PSG se bajaron a la cancha a celebrar con los suyos este momento histórico. Burlándose todas las normas de seguridad, cientos de apasionados por el PSG saltaron bardas y se acercaron a sus jugadores para cobijarlos y decirles que al final lo que más importaba, era aquel equipo que cargaba la famosa "orejona".

Tras 90 minutos en Bavaria, Inter de Milán se quedó con Múnich, pero el PSG con el trofeo de la Champions League.