Misión Imposible: Sentencia Final marca el cierre perfecto para una de las franquicias más emblemáticas del cine de acción y para el legado de Tom Cruise como Ethan Hunt. Un final hecho para fanáticos, cargado de adrenalina, emociones profundas y reflexiones sobre lo humano frente a lo artificial. Nos recuerda por qué seguimos yendo a las salas: por historias que se sienten, que vibran y que nos hacen decir… ya no se hacen como antes

Por Orlando Sarmiento Román



Llegó la segunda parte del épico final de una de las franquicias más icónicas del cine de acción. Tom Cruise regresa para interpretar a Ethan Hunt una última vez y concluir la saga de Misión Imposible con Sentencia Final, y la “Entidad” lo llevará al límite en lo que parece ser su más grande desafío.

Después de 29 años y 8 películas, Misión Imposible: Sentencia Final se encarga de recordarnos todos los aspectos que hicieron a la franquicia lo que es. En este final no solo se recopilan los grandes momentos de Ethan Hunt como un homenaje, sino que se incluyen en la trama para hacer una sola historia interconectada, creando un hilo conductor a través de los años.

Continuando con los eventos de la séptima entrega, Sentencia Final nos lleva a las entrañas de un mundo controlado por la “Entidad”, donde el caos tiene a las naciones más poderosas al borde del colapso, dejando a Ethan Hunt y su equipo sin opciones claras para vencer a esta inteligencia artificial que tiene solo un objetivo: aniquilar el mundo tal y como lo conocemos.

Una vez más, Ethan Hunt tendrá la misión de salvar al mundo, pero con la promesa de que tendrá que pagar el máximo precio para conseguirlo, poniendo en riesgo lo que más ama: su equipo. Se verá obligado a tomar las decisiones más complicadas de su vida: sacrificar a unos para salvar a millones o arriesgarlo todo con tal de proteger lo que ama.

Cabe resaltar que, si bien no es estrictamente necesario haber visto o saberse de memoria todas las películas de la franquicia —ya que la trama hace un buen trabajo describiendo lo que necesitas saber para no perder el hilo—, es importante destacar que este final fue hecho para fanáticos de estas películas. No se trata solo de guiños o referencias al pasado, sino de pequeños grandes detalles que unifican la carrera de Ethan Hunt en una gran historia.

Tom Cruise tira la casa por la ventana con una súper producción que tiene todo su sello: efectos prácticos, un elaborado plan con la más mínima posibilidad de éxito y, por supuesto, escenas con acrobacias y secuencias de alto riesgo, de esas que hacen cuestionar si en realidad Cruise se atrevió a hacerlo. Y a todas, la respuesta es sí: él hizo todas sus escenas sin dobles.

Sentencia Final tiene todo lo que puedes esperar de Misión Imposible. Es la historia quizás más compleja de la saga, lo cual puede parecer pesada si no eres fanático. La acción no decepciona, y las emociones nos llevan a un punto en donde las apuestas son altas y cada riesgo se siente, como si se pagara el último precio. Un aparente final que te hace sentir que el ciclo se ha completado.

En un presente donde la inteligencia artificial está cada vez más envuelta en el cine y en nuestras vidas, con un creciente debate sobre hasta dónde deberá llegar, Misión Imposible la convierte en el último villano, uno que parece tener todas las cartas a su favor. Sin embargo, Tom Cruise se consolida como, quizás, el último bastión del cine de acción: un romántico que seguirá defendiendo que el corazón y el compromiso con lo real siempre superarán a la fría práctica artificial.

Misión Imposible: Sentencia Final es el cierre de un icónico capítulo en la ya ilustre carrera de Tom Cruise. Un final para fanáticos y para amantes del cine de acción, que nos deja ver que este subgénero no solo se trata de secuencias peligrosas o de alto riesgo cargadas de adrenalina, sino también de emociones complejas como la ética, la lealtad, el amor y la moral.

Esta es de esas cintas que, en unos años, voltearemos a ver para decir: “ya no se hacen como antes”.

Así que, Tom Cruise, no dejes de salvar al cine.