El presidente Donald Trump aseguró que existen conversaciones arancelarias en curso con China, pero Pekín lo desmintió de inmediato, generando incertidumbre en los mercados internacionales

Washington, D.C.— Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China entraron en una nueva fase de tensión este viernes, luego de que el presidente Donald Trump declarara públicamente que su administración mantiene conversaciones activas con Pekín sobre la reducción de aranceles. Sin embargo, el gobierno chino negó categóricamente que dichas negociaciones estén teniendo lugar, en una declaración emitida por su Ministerio de Comercio.

“Estamos en contacto constante con nuestros socios chinos para aliviar la presión arancelaria y buscar acuerdos mutuamente beneficiosos”, afirmó Trump durante una rueda de prensa en la Casa Blanca. “China sabe lo que tiene que hacer”, añadió, sin ofrecer detalles adicionales.

Pocas horas después, un portavoz oficial chino calificó las declaraciones como “infundadas”, indicando que “no hay ninguna mesa de diálogo activa sobre aranceles en este momento”. La desmentida de Pekín tomó por sorpresa a los mercados financieros, provocando una caída del 1.2% en el índice Nasdaq y aumentando la volatilidad en las bolsas asiáticas.

Analistas internacionales coinciden en que este nuevo cruce de versiones podría entorpecer aún más las ya frágiles relaciones bilaterales entre ambas potencias. Además, señalan que la ambigüedad en los mensajes del gobierno estadounidense contribuye a la incertidumbre de los inversores globales.

La disputa se produce en un contexto de desacuerdos persistentes sobre propiedad intelectual, restricciones tecnológicas y política exterior en el Indo-Pacífico, lo que refuerza la percepción de que las tensiones van más allá del ámbito comercial.