En un movimiento sin precedentes, los Estados miembro de la Unión Europea han aprobado un acuerdo para la compra urgente de armamento con el objetivo de reforzar su seguridad ante el aumento de tensiones geopolíticas y la creciente amenaza de Rusia.

La decisión, adoptada tras intensas negociaciones, busca garantizar la disponibilidad de sistemas defensivos avanzados y equipamiento estratégico en el menor tiempo posible.

El pacto incluye la adquisición de misiles, artillería, drones y sistemas de defensa antiaérea, con el fin de fortalecer la capacidad militar de la región. Sin embargo, el debate sobre la financiación del acuerdo ha generado divisiones entre los países del bloque.

Mientras que España y otras naciones del sur han propuesto la emisión de Eurobonos a fondo perdido, los países del norte defienden una estrategia basada en la reasignación de fondos existentes.

Este acuerdo marca un hito en la política de defensa europea, que históricamente ha dependido de la OTAN y Estados Unidos. Analistas consideran que este paso representa un avance hacia una mayor autonomía estratégica del bloque y responde a la necesidad de adaptarse a un panorama internacional cada vez más inestable.