El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha retrasado hasta abril la imposición de un arancel del 25% a las importaciones mexicanas, generando incertidumbre en la economía. En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum ha reforzado la vigilancia fronteriza y endurecido medidas contra el tráfico de fentanilo, consolidando su liderazgo y ganando apoyo ciudadano
Ciudad de México.- La relación comercial entre México y Estados Unidos atraviesa una etapa de tensión luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara la postergación hasta el 2 de abril de la aplicación de un arancel del 25% a las importaciones mexicanas. Esta medida, que forma parte de la estrategia de presión de la Casa Blanca, ha impactado la inversión extranjera en México, que ha caído un 39%, el nivel más bajo en tres décadas.
Empresarios mexicanos han manifestado su preocupación por la incertidumbre generada, señalando que las amenazas arancelarias han paralizado cerca de 60,000 millones de dólares en inversiones y han elevado los costos de producción. “No se puede invertir, no se puede planear con estas condiciones”, expresaron líderes del sector privado, advirtiendo sobre un posible freno al crecimiento económico nacional.
Ante esta crisis, la presidenta Claudia Sheinbaum ha endurecido su postura en materia de seguridad fronteriza y lucha contra el narcotráfico, medidas que han sido bien recibidas por el gobierno de Estados Unidos. Como parte de sus esfuerzos, ha incrementado la vigilancia en la frontera y ha llevado a cabo operativos contra el tráfico de fentanilo, entregando a capos de la droga a las autoridades estadounidenses.
El respaldo ciudadano a la mandataria ha sido contundente. En un evento masivo en el Zócalo de la Ciudad de México, Sheinbaum enfatizó la importancia del respeto mutuo entre ambos países y reiteró su compromiso con la estabilidad económica y la soberanía nacional. “Ha prevalecido el diálogo y el respeto. No somos ni más ni menos que Estados Unidos”, declaró ante una multitud que coreaba su apoyo.
A medida que se acerca la fecha límite impuesta por Trump, el gobierno mexicano trabaja en estrategias para mitigar el impacto de los posibles aranceles y garantizar la confianza de los inversionistas. Mientras tanto, la incertidumbre persiste y el sector empresarial mantiene la expectativa de que la diplomacia pueda evitar una crisis comercial que afecte a ambos países.