La compañía abandona los coches oficiales y apuesta por pequeñas cámaras portátiles que pueden instalarse en cualquier vehículo, lo que permitirá actualizar imágenes con mayor frecuencia y explorar áreas inéditas

Google Maps ha anunciado una transformación en su icónica función Street View, que dejará de depender de los tradicionales coches equipados con cámaras de 360 grados.

En su lugar, la compañía implementará un sistema de pequeñas cámaras portátiles que podrán instalarse en cualquier vehículo, ampliando así el alcance de la plataforma y agilizando la actualización de imágenes.

Con esta innovación, Google planea mejorar la cobertura de regiones hasta ahora inaccesibles para sus vehículos oficiales.

Además, en 2025 la empresa expandirá la disponibilidad de Street View en países como Liechtenstein, Namibia y Bosnia-Herzegovina, y actualizará zonas urbanas que no han recibido renovaciones en más de una década.

Este cambio no solo optimiza la eficiencia en la recopilación de datos, sino que también reduce costos operativos y el impacto ambiental, al eliminar la necesidad de una flota exclusiva de coches para la captura de imágenes.