Agricultura convocó a la presente y futura generación de biólogas y biólogos a mantener el amplio interés por esta disciplina y, con ello, hacer frente al desafío de encontrar un ambiente saludable y sostenible y la calidad de vida de la población
CIUDAD DE MÉXICO.- El 25 de enero se celebra el Día del Biólogo, que tuvo su origen en 1961 por iniciativa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Estas instituciones crearon el Colegio de Biólogos de México con el propósito de contribuir al desarrollo y reconocimiento de los profesionales de las ciencias biológicas y afines.
La biología es una ciencia natural que estudia las distintas formas y dinámicas de la vida (origen, evolución, adaptación y procesos de los seres vivos) con base en el método científico. Sin bien surge como un estudio independiente en el Siglo XIX, la humanidad ha tratado de comprender las leyes de la vida desde sus orígenes.
La actividad de los biólogos es común asociarla con la protección del medio ambiente y la vida silvestre y a la promoción de prácticas ecológicas, pero sus conocimientos tienen múltiples aplicaciones en el sector primario y los procesos de producción agrícola, ganadera y pesquera, que dependen del comportamiento de distintos seres vivos.
En México hay al menos 78 mil 307 profesionales ocupados de las carreras de Biología y Bioquímica, de los cuales 45 por ciento son hombres y 55 por ciento son mujeres, de acuerdo con el Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
Es por ello que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Agricultura) reconoce el trabajo de los biólogos y las biólogas y su aportación a los sectores agropecuario y pesquero, con la contribución de información para la correcta toma de decisiones y la generación de políticas públicas, que permiten enfrentar fenómenos como el cambio climático.
Su participación es también relevante para contrarrestar el uso excesivo de los recursos del mar y la tierra, a través de la investigación y la búsqueda de soluciones, sin dejar de garantizar una producción sostenible a largo plazo y la disponibilidad de alimentos con alto valor nutricional.
Sus contribuciones, tanto teóricas como prácticas, coadyuvan al establecimiento de estrategias para llevar a cabo la producción de alimentos en armonía con la conservación de los recursos naturales y, de esta manera, llevarlos a las mesas de la población en general.
Esta dinámica de trabajo se suma a la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación, que está centrada en consolidar la soberanía alimentaria de la Nación. Es decir, las capacidades necesarias para garantizar el abasto para la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad para todas las mexicanas y los mexicanos.
De ahí que Agricultura convoca a la presente y futura generación de biólogas y biólogos a mantener el amplio interés por esta disciplina y, con ello, hacer frente al desafío de encontrar un ambiente saludable, sostenible y con calidad de vida de la población.