La avanzada tecnología del telescopio más potente del mundo permite observar detalles nunca antes vistos en atmósferas planetarias más allá del Sistema Solar
Astrónomos de la NASA y la Agencia Espacial Europea han utilizado el telescopio James Webb para analizar en detalle la atmósfera de un exoplaneta gigante gaseoso ubicado a cientos de años luz de la Tierra. Gracias a sus instrumentos de última generación, se han detectado movimientos atmosféricos y variaciones térmicas extremas.
El planeta, aproximadamente 10 veces más masivo que Júpiter, presenta vientos huracanados que alcanzan miles de kilómetros por hora y temperaturas superiores a los 1,000 grados Celsius en su lado iluminado.
Estos datos, captados mediante espectroscopia infrarroja, ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo se comportan las atmósferas de planetas fuera del Sistema Solar, contribuyendo a los estudios sobre habitabilidad y formación planetaria.
“La capacidad del James Webb para distinguir características atmosféricas con tanta precisión está revolucionando nuestra comprensión de los exoplanetas”, declaró un portavoz del equipo científico. Este avance refuerza el papel del telescopio como una herramienta clave para explorar los confines del cosmos.