Durante la cumbre del G20 en Brasil, el presidente Lula da Silva sugirió implementar un impuesto del 2% a las grandes fortunas para reducir las desigualdades económicas globales y fortalecer los programas sociales en países en desarrollo
En el marco de la cumbre del G20 celebrada en Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva propuso un impuesto global del 2% sobre las fortunas de multimillonarios. Según el mandatario, esta medida busca mitigar las crecientes desigualdades económicas y garantizar mayores recursos para los países en desarrollo.
“Es inadmisible que la riqueza global esté concentrada en unas pocas manos, mientras millones de personas viven en pobreza extrema”, declaró Lula ante líderes internacionales en Río de Janeiro. La propuesta, que ya genera un debate en círculos políticos y económicos, está orientada a financiar programas sociales, educación y salud en naciones de ingresos bajos y medios.
El mandatario brasileño subrayó que esta medida no solo responde a una cuestión de justicia social, sino que también puede fomentar un desarrollo global más equitativo. La idea de un impuesto global ha sido respaldada por varias organizaciones internacionales, aunque enfrenta resistencias significativas de algunos países desarrollados y sectores empresariales.
La cumbre del G20, que reunió a líderes de las principales economías del mundo, también abordó temas como la crisis climática, la recuperación económica postpandemia y el conflicto en Ucrania.