Las acciones que implican la exposición, difusión o reproducción de imágenes, audios o videos de contenido sexual íntimo de una persona sin su consentimiento están sancionadas por la Ley Olimpia

PLAYAS DE ROSARITO.- La denuncia es un acto de coraje que puede transformar la vida de una víctima. Al dar este paso, no solo se busca justicia para uno mismo, sino que también se abre la puerta para que otras personas se atrevan a levantar la voz.

Las víctimas de conductas que atentan contra la intimidad sexual a menudo enfrentan severas repercusiones psicológicas debido al uso indebido de imágenes íntimas. Las afectaciones pueden ser profundamente dolorosas y, en muchos casos, devastadoras, como lo señala la presidenta de la Fundación Manos Unidas por Baja California A.C., Lorena Meléndez Yáñez.

“Las víctimas se sienten atrapadas en un torbellino de emociones: la vergüenza y la culpa pueden convertirse en compañeros constantes, mientras que la ansiedad se vuelve una sombra que las sigue a cada paso. La sensación de haber perdido el control sobre su propia imagen puede desencadenar trastornos de ansiedad y depresión, robándoles la tranquilidad que antes disfrutaban”, explica Meléndez Yáñez.

Las acciones que implican la exposición, difusión o reproducción de imágenes, audios o videos de contenido sexual íntimo de una persona sin su consentimiento están sancionadas por la Ley Olimpia, vigente en México desde 2020. Esta ley busca proteger la integridad, dignidad y vida privada de las mujeres.

“Aún persiste en muchas personas y grupos sociales el temor de que denunciar pueda exponer a las víctimas a más violencia o a la revictimización. Sin embargo, al fomentar una cultura de denuncia, podemos romper el ciclo de silencio y violencia. Las historias de quienes han denunciado pueden inspirar a otras personas a hacer lo mismo”, afirmó.

“Desde la Fundación hemos trabajado en la difusión de información a madres de familia y estudiantes sobre cómo prevenir la ciberviolencia. Hemos sido testigos de casos donde las víctimas han confiado en las autoridades y han presentado su denuncia y es importante que sepan que no están solas en su lucha. La denuncia se convierte en un proceso colectivo, donde las voces se unen para exigir justicia”, agregó.

Las redes sociales han sido una herramienta que ha permitido la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento, pero también han jugado un papel clave en la visibilización de la violencia digital. A través de plataformas como X, Facebook e Instagram, las víctimas han podido compartir sus historias, generar conciencia y fomentar el apoyo mutuo. Sin embargo, es fundamental que las víctimas no solo muestren las situaciones de riesgo en internet, sino que también pidan ayuda a las líneas de emergencia 911 o 088 de la Guardia Nacional y posteriormente realicen la denuncia.

La Ley Olimpia representa un paso fundamental en la lucha contra la violencia digital en México. No obstante, su efectividad depende de la disposición de las víctimas para denunciar y de la responsabilidad de la sociedad en respaldarlas. La denuncia no es solo un acto legal, sino también un acto de valentía que puede cambiar vidas.

La lucha contra la violencia digital es una responsabilidad compartida. Todos tenemos un papel que desempeñar en la creación de un entorno donde las víctimas se sientan seguras y empoderadas para denunciar. Solo así podremos construir un futuro donde el respeto y la dignidad prevalezcan, y donde la Ley Olimpia se convierta en un verdadero instrumento de protección y justicia.