TIJUANA.- Una mujer que buscaba desesperadamente a su hermano, secuestrado el pasado 11 de octubre, hizo un descubrimiento macabro al encontrar una fosa clandestina en una zona boscosa de Tijuana.

La mujer había recibido una llamada anónima que le informaba que su hermano ya no estaba con vida y había sido enterrado entre unos matorrales.

El hallazgo se produjo tras la entrega de una nota en su casa, la cual contenía la ubicación exacta donde, presuntamente, se encontraba el cuerpo de su hermano. Con la esperanza de encontrar respuestas, la mujer se dirigió al lugar señalado, situado a un costado de la rampa descendente del bulevar Lázaro Cárdenas, con dirección a la 5 y 10.

Al llegar, las autoridades confirmaron la presencia de una fosa clandestina. En su interior, encontraron restos óseos y un bulto con apariencia humana, lo que generó un intenso operativo de investigación. El lugar exhalaba un olor fétido, señal inequívoca de la gravedad de la situación.