Fue un sacerdote extraordinario, muy fiel a la iglesia, fiel al magisterio de la iglesia, a la Palabra de Dios, pero fiel al pueblo, le reconoce Obispo de San Cristóbal de las Casas.

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS.- El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel que ordenó al sacerdote Marcelo Pérez Pérez, en el 2002, como uno de los primeros servidores de la iglesia de origen indígena, lo describió como un hombre siempre al lado del pueblo. “Un sacerdote extraordinario, muy fiel a la iglesia, fiel al magisterio de la iglesia, a la Palabra de Dios, pero fiel al pueblo. Servidor siempre del pueblo, inspirado por Jesucristo siempre”.

Al término de la misa de cuerpo presente, que se realizó en el parque central de esta localidad que fue sede de las conversaciones entre el EZLN y el gobierno federal, Arizmendi Esquivel, obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, hasta noviembre del 2017, ofreció una conferencia de prensa, antes de partir al centro del país, donde tendría que realizar una encomienda.

Cuando llevaba dos años al frente de la diócesis, Arizmendi Esquivel atestiguó la profesión de fe que hizo el joven Marcelo Pérez Pérez, entonces de 25 años de edad. “Yo lo ordené sacerdote hace 22 años”, recordó. “Es un regalo de Dios. Un regalo también de los tzotziles a la iglesia, a la diócesis y siempre fue un constructor de la paz”, dijo.

Acompañado del obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Rodrigo Aguilar Martínez, el cardenal expuso que no solo Chiapas está inmerso en una ola de violencia en el país. “Yo estoy viviendo ahora en Toluca. Yo lo estoy viviendo en carne propia, allá en mi pueblo, en la región sur del Estado de México. Allá la ventaja, entre comillas, que es una desventaja, es que es un solo cártel: La familia michoacana”.

Pero en el caso de Chiapas, hay varias organizaciones criminales que están inmersas en un conflicto que ha provocado el desplazamiento de personas, desapariciones y homicidios. “Cuando aquí se pelean carteles, se complican mucho más las cosas. En Chiapas siempre tuvimos problemas, como en todo México, pero en aquel tiempo era otra cosa. Ahora son otras situaciones que han cambiado”, manifestó.

La violencia ha provocado una crisis en el país. “Eso significa que en el país está en descomposición. Lamentablemente. Nuestro llamado a las autoridades es que vean la forma inteligente de desarmar a esos grupos armados aquí y allá. Que no estén esperando que la gente haga denuncia. La gente no va hacer denuncias porque se juegan la vida”, alertó.

Lo que se debe hacer es instrumentar una estrategia para proceder al desarme de las organizaciones criminales. “Entonces aquí lo importante es que vean con inteligencia qué hacer para desarticular, desarmar, quitar, eliminar a estos grupos. No queremos más violencia. No. Pero sí que se desarmen estos grupos que están causando tanto daño en todas partes del país”.

Insistió en exaltar el trabajo del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, que durante 22 años trabajó en comunidades de las regiones Norte y Altos de Chiapas. “Un sacerdote extraordinario, muy fiel a la iglesia, fiel al magisterio de la iglesia, a la Palabra de Dios, pero fiel al pueblo. Servidor siempre fiel del pueblo. Inspirado por Jesucristo siempre”.

El obispo Rodrigo Aguilar Martínez describió como “terrible” el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, el domingo por la mañana, cuando había terminado de oficiar misa de las 7 de la mañana, en la parroquia del barrio de Cuxtitali, al oriente de la cabecera municipal de San Cristóbal de las Casas.

A raíz del asesinato, el obispo no ha dejado de recibir mensajes de funcionarios que han prometido aplicar la ley en contra de los autores materiales e intelectuales. “Su muerte no puede quedar impune, pero ya Jesucristo anunció que el grano de trigo tiene que morir para dar fruto, para dar espiga. La vida del padre Marcelo ha terminado en lo humano, en lo terrenal, pero esperamos, tenemos la firme esperanza en Cristo Jesús, que dará vida plena. Que crecerá la paz en muchas personas que ya están en este momento recapacitando cómo comportarse más decididamente a favor de la paz”.