Investigadores de la Universidad de Texas utilizan inteligencia artificial para crear proteínas que aceleran el descubrimiento de fármacos y vacunas, abriendo nuevas posibilidades para el diseño biotecnológico y el desarrollo de tratamientos más eficaces
Austin, Texas.– Un equipo de científicos de la Universidad de Texas (UT) ha logrado un avance significativo en el campo de la biotecnología al utilizar inteligencia artificial (IA) para desarrollar nuevas proteínas que podrían transformar la industria farmacéutica y científica. La tecnología, denominada EvoRank, utiliza la información evolutiva de millones de proteínas acumuladas durante miles de millones de años para guiar el diseño de soluciones biotecnológicas.
“La naturaleza ha estado evolucionando proteínas durante 3 mil millones de años, mutando y reemplazando aminoácidos para beneficiar a los seres vivos”, explicó Daniel Diaz, uno de los líderes del proyecto. EvoRank ha logrado aprovechar esta vasta información para proponer modificaciones en las proteínas, lo que resulta en diseños que anteriormente habrían sido impensables para los investigadores. Esta innovación promete acelerar la creación de vacunas, fármacos y otras aplicaciones biotecnológicas.
El proyecto recibió recientemente un financiamiento de 2.5 millones de dólares por parte de la Advanced Research Projects Agency for Health, lo que permitirá aplicar esta tecnología en el desarrollo de vacunas contra herpesvirus en colaboración con el Instituto de Inmunología de La Jolla. Según los investigadores, esta tecnología puede revolucionar la forma en que se diseñan proteínas para uso terapéutico, haciendo que el proceso sea más rápido, eficiente y menos costoso.
Este enfoque es diferente a otras aplicaciones de IA en biotecnología, como AlphaFold de Google DeepMind, ya que en lugar de predecir la estructura de proteínas, EvoRank sugiere cómo alterarlas para mejorar su funcionalidad. De hecho, los investigadores ya están trabajando en nuevas herramientas para evaluar cómo múltiples mutaciones afectan la estructura y la estabilidad de las proteínas, lo que podría abrir la puerta a innumerables aplicaciones en la biomedicina.