La madrugada del 21 de septiembre, Israel ejecutó un ataque aéreo en un suburbio de Beirut, Líbano, causando la muerte de al menos 37 personas, según confirmaron autoridades libanesas.

Entre los fallecidos se encuentran varios líderes importantes del grupo Hezbolá, una milicia que Israel considera una amenaza directa para su seguridad.

Este ataque es parte de una serie de enfrentamientos recientes que han intensificado las tensiones entre Israel y Líbano, provocando preocupación a nivel internacional sobre la posibilidad de que el conflicto se agrave.

En respuesta, el gobierno libanés elevó su nivel de alerta, y grupos de derechos humanos han hecho un llamado a la moderación por parte de ambas partes para evitar una tragedia mayor.

La comunidad internacional, incluida la ONU, está monitoreando de cerca los eventos en la región y ha convocado a una reunión de emergencia para discutir posibles soluciones y evitar una escalada que podría desestabilizar aún más el Medio Oriente.