Científicos del Instituto Fritz Haber han desarrollado una técnica innovadora que convierte el dióxido de carbono en etanol, una solución potencial para reducir el impacto del cambio climático al transformar un gas de efecto invernadero en un recurso energético valioso
En un avance prometedor en la lucha contra el cambio climático, investigadores del Instituto Fritz Haber de la Sociedad Max Planck han desarrollado un método revolucionario para transformar dióxido de carbono (CO2) en etanol.
El nuevo proceso aprovecha tecnologías de conversión química avanzadas que podrían ser implementadas a gran escala para capturar CO2, uno de los principales responsables del calentamiento global, y convertirlo en un biocombustible útil para diversos sectores industriales.
El CO2, un subproducto inevitable de la quema de combustibles fósiles, ha sido considerado uno de los mayores desafíos ambientales del siglo XXI. Este avance científico representa un gran paso adelante al ofrecer una doble solución: reducir la presencia de este gas en la atmósfera y proporcionar una fuente renovable de energía.
Según el equipo de investigación, este método no solo es eficiente, sino que también podría integrarse en plantas industriales para facilitar su implementación a nivel global.
El etanol es un biocombustible versátil que ya se utiliza ampliamente en mezclas de combustible para automóviles y en la industria química. Este avance podría revolucionar la forma en que gestionamos las emisiones de carbono, proporcionando una herramienta crucial en la lucha contra el calentamiento global.