Con su característico uniforme color beige con gorra estilo militar y su cajita de madera musical, recorren las calles, semáforos, sobre ruedas y la zona centro de la ciudad, alegrando con su música a la gente que los escucha al pasar
TIJUANA.- Gabo Rivera y Adair Vázquez son dos organilleros originarios de la Ciudad de México que llegaron a Tijuana para amenizar las calles con la nostálgica y alegre melodía de su organillo.
Con su característico uniforme color beige con gorra estilo militar y su cajita de madera musical, recorren las calles, semáforos, sobre ruedas y la zona centro de la ciudad, alegrando con su música a la gente que los escucha al pasar.
El organillero, Gabo mencionó que inició como organillero en el 2015 en la ciudad de México y empezó a viajar por las ciudades del país hasta que llegó a Tijuana, en esta ocasión decidió invitar a su amigo, Adair para que lo acompañe a viajar por el norte del país.
Compartió que le gusta mucho vivir en Tijuana porque es muy amena, que la gente se asombra mucho al verlos, ya que en la ciudad hay mucha gente del sur que reconocen la melodía del organillo.
Por su parte, Adair compartió que casi cumple 27 años como organillero, que este es un oficio que lo hace sentir muy orgulloso y que su familia también se dedica a lo mismo en el centro del país.
Gabo compartió que no hay un censo exacto, pero se estima que en todo México hay aproximadamente 1000 organilleros y el 95% se concentra en la Ciudad de México o el Estado de México, en Baja California solamente hay uno activo.
"El oficio existe porque resiste, inicio a finales de los 1800 y es una tradición en México, llevar la música a donde más se necesita es el trabajo del organillero", expresó Gabo Rivera.