A pesar de que la relocalización ha puesto a México en el lugar más favorable del mundo, las expectativas hasta ahora no parecen estar incorporando ni en el mediano ni en el largo plazos los beneficios que tanto se han resaltado del nearshoring
CIUDAD DE MÉXICO.- México aún no registra ni reporta los beneficios por el traslado de operaciones, fábricas, líneas de producción, plantas y almacenes de Asia, Europa o Estados Unidos a México, un fenómeno conocido como nearshoring, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
“A pesar de que la relocalización ha puesto a México en el lugar más favorable del mundo, las expectativas hasta ahora no parecen estar incorporando ni en el mediano ni en el largo plazos los beneficios que tanto se han resaltado del nearshoring, como un mayor crecimiento de la economía”, afirmó el organismo dirigido por Carlos Hurtado López.
Uno de los beneficios directos por el nearshoring es que puede sumar 2 puntos adicionales del producto interno bruto (PIB), lo cual redunda en más inversión, empleo y bienestar, expresó el órgano asesor en materia económica del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Pero la actividad económica sigue mostrando signos de debilidad y expectativas poco optimistas, aún cuando el optimismo por el efecto de la relocalización (o nearshoring) para México, señaló el centro líder de investigación económica del sector privado.
La expectativa de crecimiento promedio anual para México durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador es de 1 por ciento, que sería el menor ritmo de avance en los últimos siete sexenios, expresó la institución que elabora análisis e investigación de la coyuntura económica desde 1963.
Agregó que la incertidumbre se extiende para varios años más, toda vez que el pronóstico de tasa de crecimiento promedio anual para los próximos diez años se ubica en 2 por ciento, similar a la de los últimos 30 años.
“No hay duda de los beneficios que puede generar el nearshoring, pero hay que tener en consideración que su éxito requiere de una economía que funcione eficientemente, para lo cual se requiere de diversos factores que fortalezcan el atractivo de invertir en el país y no solo por su condición geográfica”.
Para el organismo, México requiere de infraestructura moderna que reduzca los costos de transporte a lo largo del país, así como permita a las cadenas de oferta integrar el valor agregado de proveedores de diversas regiones a costos competitivos mediante una logística moderna y competitiva es fundamental en el proceso de crecimiento.
“Un tema que debe ser considerado vital en este entorno (de nearshoring) es una política de energía eficiente que garantice la seguridad en la generación, transmisión y distribución de electricidad y la disponibilidad de hidrocarburos a lo largo de todo el territorio nacional, aspectos que las empresas valoran considerablemente en el proceso de inversión productiva”, dijo el CEESP.
Recordó que un ambiente de regulación económica apropiado en los tres niveles de gobierno, que asegure que las regulaciones y normas generen beneficios para la sociedad mayores a los costos de su cumplimiento y que evite el exceso de tramitología, propicia la seguridad de la inversión de largo plazo.
Otro tema que quizá sea uno de los más importantes para impulsar la relocalización, aseguró, es un estado de derecho que asegure la certidumbre de los procesos judiciales, el cumplimiento pleno de la ley y que facilite el abatimiento de la inseguridad pública, los robos y la extorsión.
A pesar de los esfuerzos realizados, hasta ahora no ha podido concretarse un ambiente favorable en este sentido, añadió.
“Los problemas de inseguridad pública, impunidad, corrupción, incertidumbre política interna y otros problemas de falta de estado de derecho son considerados como los principales factores que pueden obstaculizar el crecimiento de la economía”, mencionó.
El CEESP consideró que quizá la incertidumbre por los limitados avances en estos temas sea la razón de la preocupación de que se consoliden los beneficios de la relocalización.
“Después de casi cuatro años desde que tomó fuerza el proceso (de nearshoring), los beneficios que tanto se han resaltado para nuestro país aún no parecen tener algún impacto en la actividad productiva, considerando la débil evolución de sus indicadores de crecimiento y sus expectativas a la baja”, indicó.
Para la institución, una inquietud adicional es la posible aprobación de la reforma judicial, toda vez que la certeza jurídica para la inversión y el crédito requiere un sistema integral de justicia robusto y jueces competentes, estables e independientes, temas que al parecer dicha reforma no contempla seriamente.
“Dada la coyuntura económica y política, no hay margen de error en las políticas públicas que implementará la nueva administración si se quieren maximizar los beneficios del nearshoring. Es una oportunidad única que se debe aprovechar si el objetivo es un ritmo de crecimiento elevado y sostenido en el mediano y largo plazos”, mencionó.