Lo cortés no quita lo alcalde…

Rudeza innecesaria y oposición sistemática, han marcado la relación entre el alcalde Juan Manuel Gastélum Buenrostro y la mayoría panista del Cabildo con la oposición, de manera especial con la que representa el Partido Encuentro Social (PES).

Al necesario debate de altura y propositivo que debiera marcar el actual de los integrantes del Cabildo, se impuesto la cerrazón en ambas partes y degenerado en posturas y cuestionamientos personales.

Conforme ha avanzado la administración municipal, el bloque opositor formado al arranque, se ha reducido principalmente al integrado por los tres regidores pesistas: Mónica Juliana Vega Aguirre, Manuel Rodríguez Monárrez y José Manuel de Jesús Ortiz Ampudia.

Ha sido entre estos tres ediles y el alcalde Gastélum en quienes se ha centrado una confrontación que por el tono y las formas empleados raya más en un conflicto personal que en un debate político.

Recientemente el alcalde panista agregó a la larga lista de diferencias con sus opositores del PES una lacónica y desafortunada expresión para “definir” la postura de rechazo sistemático: “Ningún chile les embona”.

Expresión motivó que el día de ayer los regidores del Partido Encuentro Social (PES) presentaran ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Baja California (CEDHBC), una queja en contra del alcalde Juan Manuel Gastélum Buenrostro por actos que consideran discriminatorios y agresiones verbales.

“Ningún chile les embona”, es una frase que nuestro Paìs no tiene ninguna connotación sexual, sin embargo, igualmente abre la posibilidad que la persona aludida pueda asumir que sí la tiene.

Es una frase muy mexicana, significa realmente que ningún chile les gusta, a pesar de la variedad de chiles que hay en México, la palabra embonar se interpreta agradar, gustar…

La frase se usa para señalar al que no le gusta nada o siempre está en contra de todo…

A lo que los ediles del PES reviran con el resumen de su votación en el Cabildo en los ocho meses y medio han votado 81 veces a favor y 43 veces en contra.

Al menos en Baja California, el triunfo del Partido Acción Nacional (PAN) en 1989, marcó un cambio fundamental en el papel que juega el Cabildo en la política y toma de decisiones de cada uno de sus cinco municipios.

Fue el PAN quien modificó papel de los regidores y sindico procurador, que dejaron de ser los empleador al servicio del alcalde en turno, en especial de los emanados del mismo partido de quien en los hechos era su jefe.

Incluso para los regidores de oposición, su papel era meramente decorativo. Las sesiones de Cabildo no eran públicas ni representaban mayor interés para los medios de comunicación… eran los tiempos del partido único, el PRI, donde se repetía el esquema presidencialista a nivel federal.

Incluso para el PAN esa transición fue traumática. El primer alcalde panista, Carlos Montejo Favela, vivió ese histórico cambio cuando la fracción de Acción Nacional se fracturó en dos: los “magallones” y los “montejistas”, y la oposición igualmente se alió con unos y otros… fueron tres años de aprendizaje para todos.

Desde entonces, el papel del Cabildo y la importancia de su actuar y decisiones se colocó en el lugar que la ley y el interés general le confieren.

Esos son los antecedentes que deben tomar en cuenta el alcalde Juan Manuel Gastélum y la mayoría panistas y los ediles del PES, no para dirimir sus posturas políticas que deben estar confrontadas, pero si para conducirse en un marco de respeto y tolerancia.

El ejercicio de la mayoría en el camino no debe traducirse en aplastar a la posición y sus argumentos, así como dejar atrás la rudeza innecesaria empleada hasta el momento contra la oposición pesista.

Los regidores del PES deben entender que son minoría y su influencia es limitada en las votaciones en el Cabildo… así es la democracia.