Habla de crisis de moralidad y ofrece no volver a caer en la omisión.
CIUDAD DE MÉXICO.- La iglesia católica mexicana llamó a la sociedad a denunciar actos de abuso y pederastia de sacerdotes, ofreciendo poner en marcha la política de “tolerancia cero” hacia éstos, ofrecida por el Papa Francisco.
Tras las denuncias masivas de este tipo de actos en América, con casos como el revelado el mes pasado por una corte de Pensilvania en Estados Unidos que recoge testimonios de un millar de víctimas de sacerdotes desde la última mitad del siglo pasado, la iglesia católica mexicana fijó su postura con el editorial del semanario católico “Desde la fe”.
En su editorial semanal publicado el domingo, habló de la “crisis de moralidad” al interior de la iglesia y escogió el mismo nombre para titular el texto en el que ofreció dejar atrás la omisión como respuesta a las víctimas, para dar paso a la denuncia de todo lo que ponga en peligro la integridad.
Habló de la necesidad de denunciar y señalar para no dejar el peso en las víctimas y que la sociedad ayude a desterrar actos de abuso.
A continuación el texto íntegro publicado por “Desde la fe” sobre el tema del que el Papa Francisco declaró vergüenza y arrepentimiento en un comunicado fechado el 20 de agosto, donde fijó la postura de la iglesia por los abusos de sacerdotes contra niños.
“En los últimos días se han dado a conocer una serie de sucesos que se cometieron durante décadas al interior de la Iglesia, que evidencian una crisis de moralidad, heridas de una actitud clericalista que duelen en el Santo Pueblo de Dios, pero frente a las que el Papa Francisco ha reafirmado una vez más su postura en el sentido de que, si en el pasado, la omisión ante estos actos fue una indigna forma en que se dio respuesta a las víctimas, hoy la Iglesia quiere solidarizarse con ellas denunciando todo aquello que ponga en peligro la integridad de cualquier ser humano, especialmente de los niños.
Hoy, en todos los niveles de la Iglesia, es necesario que pongamos el dedo en la llaga, para no volver a ponerlo jamás sobre la espalda de las víctimas, de sus familiares, de la sociedad y en general de toda la comunidad cristiana, en la que pesan estos episodios vergonzosos, fraguados y perpetrados en la oscuridad de un espíritu tocado por la maldad.
Es importante que la sociedad apoye a la Iglesia a reconocer estos actos para formar una conciencia firme de su magnitud, y desterrarlos para siempre de nuestras estructuras eclesiales, en atención a las palabras del Santo Padre, quien ha pedido un “nunca más” para toda forma de abuso.
Durante su pontificado, el Papa Francisco no ha cejado en condenar dichas atrocidades, ni de señalar la necesidad de que sean denunciadas y se implemente una política de “tolerancia cero” en la Iglesia Universal. Más claro ni el agua: la postura del Papa Francisco ha sido tajante: “El abuso sexual contra un niño cometido por parte de un sacerdote es una monstruosidad, porque un sacerdote está consagrado para llevar a un niño a Dios. Quien comete un acto de pederastia, se está devorando a un niño en un sacrificio diabólico”.