Expertos han certificado que la glucosa en el proceso metabólico para generar energía en personas con diabetes puede generar más daño renal en hombres
BARCELONA, ESPAÑA.- Expertos han certificado que la glucosa en el proceso metabólico para generar energía en personas con diabetes puede generar más daño renal en hombres.
Los hombres con diabetes tienen más riesgo que las mujeres de padecer la enfermedad en los riñones denominada nefropatía, lo que se explica en parte por las diferencias entre los dos sexos en el metabolismo.
Es la conclusión de un estudio internacional publicado en la revista Science Translational Medicine, en el que participa el Hospital del Mar Research Institute Hospital del Mar de Barcelona (España).
Los hombres con diabetes tienen un riesgo más alto que las mujeres de sufrir enfermedad renal asociada a la diabetes o nefropatía diabética, una grave complicación que provoca daños en los riñones e incremento de riesgo vascular.
La nefropatía diabética es responsable de alrededor del 30% de los pacientes en diálisis y la primera causa de trasplante renal.
Ahora este nuevo estudio ha permitido demostrar que parte de estas diferencias están relacionadas con el metabolismo energético, proceso por el que las células generan energía.
El trabajo ha determinado diferencias sustanciales en este proceso entre ambos sexos, observando características diferentes entre las células tubulares renales de hombres y mujeres.
“El metabolismo energético a nivel renal produce más daño en los hombres, lo que se traduce en marcadores de peor evolución renal y mayor mortalidad por cualquier causa”, explicó la doctora Clara Barrios, médica adjunta del Servicio de Nefrología e investigadora del Instituto de investigación del Hospital del Mar.
En este sentido, los investigadores han certificado que el uso de la glucosa en el proceso metabólico para generar energía en las personas con diabetes puede generar más daño renal en el caso de los hombres.
“Las células tubulares masculinas tienen la respiración mitocondrial más activada, lo que comporta un incremento del estrés oxidativo (incapacidad de eliminar moléculas inestables en el cuerpo) y de la muerte celular programada (apoptosis)”, apuntó la doctora Marta Riera, investigadora del Instituto de investigación del Hospital del Mar.
“Cuando simulamos la diabetes, las células tubulares renales de los hombres aumentan el número de marcadores de daño, comparadas con las de las mujeres”, aseguró.
De hecho, las células de los hombres utilizan más glucosa y también más glutamina (el aminoácido más abundante del organismo) en las vías metabólicas energéticas, aunque producen menos piruvato, un compuesto básico en el metabolismo energético, que las mujeres.
Todo ello tiene una relación directa con la presencia de hormonas masculinas, como se ha podido comprobar en el seguimiento, durante cinco años, de los pacientes estudiados, tres grupos en distintos estadios de la enfermedad diabética.
“En un futuro próximo vamos hacia un tratamiento personalizado en las personas afectadas de diabetes y de enfermedad renal crónica”, afirmó la doctora María José Soler, jefa clínica de Nefrología y diálisis del Servicio de Nefrología e investigadora del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR), en Barcelona.
A raíz de estas conclusiones, también puede permitirse contar con una serie de marcadores que pueden servir como factores pronósticos de mortalidad y evolución negativa de los pacientes y para valorar su respuesta a los tratamientos.