La fotografía de Griffin para A Broken Frame también apareció en la portada de la edición de 1990 de Life de “Las mejores fotografías del mundo 1980–1990”
LONDRES.- El influyente fotógrafo musical Brian Griffin, quien fotografió las primeras cinco portadas de álbumes icónicos de Depeche Mode, falleció recientemente, de acuerdo a un informe periodístico el artista tenía 75 años.
Griffins, ampliamente reconocido como uno de los fotógrafos musicales más destacados de su generación, nació en Birmingham, Reino Unido, trabajaba en una fábrica industrial cuando se dedicó a la fotografía como pasatiempo y se unió a un club de fotografía local.
El pasatiempo de Griffin finalmente se convirtió en su profesión cuando se mudó a Londres en 1972 y aceptó un trabajo como fotógrafo corporativo para la revista Management Today.
El traslado del artista a Londres también se produjo casi al mismo tiempo que surgía el movimiento punk y comenzaba a fotografiar bandas para el sello discográfico independiente Stiff Records.
Su experiencia fotográfica para encuadrar con sus lentes a hombres de negocios se tradujo perfectamente en las bandas de la época que también vestían traje y corbata, como The Jam de Paul Weller y Elvis Costello.
Durante los años siguientes, Griffin realizó retratos icónicos y portadas de álbumes para artistas musicales como Kate Bush, Siouxsie Sioux, R.E.M., Echo & The Bunnymen, Billy Idol, Iggy Pop, Ringo Starr, Queen y Peter Gabriel.
Sin embargo, fue la asociación artística de Griffin con Depeche Mode la que definió su carrera y lo llevó a la fama. El mismo tomó las fotografías de los primeros cinco álbumes de la banda.
La imagen de portada de Griffin para el álbum de 1982 de Depeche Mode, A Broken Frame, que mostraba a una mujer trabajando y cortando grano en un campo, se inspiró en la fotografía socialista de la Rusia soviética. Más tarde, la imagen sería nombrada Fotografía de la década por Time en 1990.
La fotografía de Griffin para A Broken Frame también apareció en la portada de la edición de 1990 de Life de “Las mejores fotografías del mundo 1980–1990”, y ayudó a que The Guardian le concediera el título de “fotógrafo de la década” en 1989.
En una entrevista con el British Journal of Photography en 2016, el fotógrafo describió su estilo visual pionero, que desde entonces se conoce como “realismo capitalista”, al cual lo influyó la muerte de su padre por cáncer de pulmón causado por años de trabajo en una fábrica industrial.
En sus fotografías, Griffin se basó en los antecedentes de sus sujetos (muchos de los cuales eran trabajadores y comerciantes) y conoció sus malas condiciones laborales. En sus retratos, que a veces parecen pinturas, estos sujetos son elevados a un estatus diferente, casi real, a través de sus poses.
Griffin dejó atrás la fotografía en la década de 1990 para fundar una productora. Sin embargo, regresó al oficio a principios de la década de 2000 para filmar un documental para Sir Paul McCartney.