En 1990 ya anticipaba que no volvería a Cuba, de donde había salido en 1960, y en una presentación en la Base Naval de Guantánamo se llevó un puño de tierra que pidió fuera depositado en su ataúd. Murió 13 años más tarde, en 2003.

NUEVA YORK.- Este día, 16 de julio de 2018, se conmemora el 15 anivesario de la muerte de Celia Cruz, la cubana que internacionalizó la música de su país y como lo anticipó en su célebre canción: “Por si acaso no regreso”, nunca pudo volver la isla de donde salió de gira a México en 1960 y que sólo vio de cerca desde Guantánamo, cuando cantó en la Base Naval de Estados Unidos en 1990.

En esa ocasión se arrodilló y besó tres veces el suelo, considerado parte del territorio estadounidense, pero fragmento de la isla que la vio nacer en 1925.

Al salir se llevó consigo un puñado de tierra, que pidió que fuera depositado en su ataúd, anticipando en silencio que su oposición a Fidel Castro y su régimen nunca le permitirían volver a su tierra a la que no pudo regresar ni siquiera para los funerales de su madre.

Como cada año, este lunes se tenía previsto que su tumba, de la más visitadas en el cementerio Woodlawn, en el condado de El Bronx en Nueva York, recibiera multitudes que le rinden tributo.





Además de por su poderosa voz, carisma y tradicional grito de “azúcar”, Celia Cruz, denominada “la reina de la salsa”, se hizo famosa por su su extrovertida personalidad que incluía una peculiar forma de vestir, con extraordinarios vestidos, divertidas pelucas y otros artículos, que podrán verse en el Bronx neoyorquino, Miami y Washington.

En el ámbito personal, tuvo una vida de amor y acompañamiento profesional con el trompetista y director de orquesta Pedro Knight, su esposo durante 41 años, quien muriera cuatro años más tarde que ella y con quien comparte mausoleo en Nueva York.

A pesar de su éxito, de poner en alto el nombre de Cuba y haber puesto al mundo a bailar, en su país fue vetada por su oposición a Fidel Castro y no fue hasta 2012 cuando su voz se escuchó por primera vez en la radio en Cuba.

Murió de cáncer a los 78 años de edad y hasta el último momento mantuvo una estrecha relación con sus seguidores a quien en todo momento pidió que rezaran por ella.

Durante cincuenta y cinco años de carrera, la intérprete de “Guantanamera” acumuló innumerables premios y reconocimientos que no han parado después de su muerte, como el sello del Servicio Postal de Estados Unidos y su elección como primera latina en el Paseo de las Estrellas del legendario Teatro Apollo en Harlem (Nueva York).

Omer Pardillo, exrepresentante de la artista y albacea de su legado, anticipó que este año se inaugurará la exhibición: “Celia Forever” el 18 de octubre en el Museo Americano de la Diáspora Cubana en Miami.

Woodlawn le rendirá tributo con “Celia vive”, una muestra en su capilla a finales de septiembre, en el Mes de la Herencia Hispana, entre muchos eventos más.





Con información de agencia EFE