MEXICALI.- En los últimos años, las empresas han encontrado en la propiedad intelectual una herramienta que no sólo les permite proteger los diferenciadores que son incorporados a los productos o servicios que ofrecen; también han descubierto en ella un estímulo a la innovación y crecimiento económico que contribuye al mejoramiento de la sociedad. 

La globalización, el avance de la tecnología y el auge del comercio electrónico, les ha permitido a los titulares de derechos de propiedad intelectual posicionar sus marcas, patentes o derechos de autor no sólo en su lugar de origen, sino que, al desaparecer las fronteras territoriales, tienen presencia real y efectiva en todo el mundo.

El carácter mundial de la propiedad intelectual ha traído consigo muchos beneficios, pero también un número importante de desafíos en el área legal, particularmente aquéllos vinculados con la producción y comercialización de mercancías falsificadas o piratas, señaló la Mtra. Nathalie Canizales Reyes, coordinadora del programa de Maestría en Derecho, en la Escuela de Derecho de CETYS Universidad Campus Mexicali.

Las mercancías pirata, añadió, reproducen derechos de propiedad intelectual sin autorización, con la finalidad de representar falsamente un producto o servicio como original o auténtico. Se trata de productos que utilizan elementos esenciales, por ejemplo, de marcas registradas sin autorización del titular y sin ceñirse a los estándares de calidad que deben ser observados.

En respuesta, las leyes mexicanas consideran como infracción administrativa el uso no autorizado de signos distintivos o creaciones nuevas y, como delito, la producción, almacenamiento, transporte, importación, distribución o venta de objetos que ostenten falsificaciones de marca.

De acuerdo con datos del último Estudio Nacional sobre Hábitos de Consumo de Piratería, publicado por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, los productos pirata más consumidos son:

- Calzado

- Ropa

- Accesorios de moda

Sin embargo, la reproducción de mercancía pirata se extiende al ámbito de los electrónicos, mayormente en celulares y accesorios para teléfonos móviles, películas, música, perfumes, cosméticos, juguetes, baterías recargables y productos de limpieza.

“Como puede apreciarse, la falsificación de mercancías alcanza a todos los sectores del mercado y, aunque esta conducta genera pérdidas económicas en los titulares de los derechos de propiedad intelectual, su riesgo principal se encuentra en el impacto negativo que su consumo puede tener en la salud o en la vida de los consumidores, sobre todo cuando se trata de medicamentos, cosméticos y electrónicos piratas”, alertó la coordinadora.

Con la llegada del Buen Fin, del Black Friday y Cyber Monday, la oferta y venta de todos estos productos incrementa de manera considerable. “Como consumidores nos corresponde adoptar las medidas necesarias para evitar ser víctima de la piratería”, añadió la Mtra. Nathalie Canizales Reyes. Algunas de las recomendaciones que pueden seguirse son:

- Evitar realizar compras a través de redes informales de comercio y recordar que los productos auténticos no se venden en estos lugares.

- Procurar hacer las compras directamente en las páginas o tiendas oficiales de las marcas.

- Al realizar compras en marketplaces, optar por los vendedores más conocidos, pues ellos cuentan con registros de los distribuidores autorizados de las marcas y suelen implementar políticas anti falsificaciones.

- Consultar en la página oficial de la marca la lista de sus distribuidores autorizados.

- Verificar la confiabilidad de precios excesivamente bajos, sobre todo cuando se trate de marcas que usualmente no son ofrecidas a ese tipo de costos.

- Consultar la información del vendedor y las reseñas de otros usuarios.

- Verificar que el embalaje se encuentre en buenas condiciones, que no se hayan violado las medidas de seguridad y que la calidad de impresión sea la adecuada.

“Sin duda alguna, el combate a la piratería es una tarea que no debe dejarse sólo en manos de las autoridades; también requiere que los consumidores seamos conscientes de los riesgos que su consumo implica, tanto a nivel social como personal, que adoptemos las medidas necesarias para reconocer esas falsificaciones y evitar su compra”, concluyó la especialista.