La alta emisión de gases producida en la generación de energía impacta al clima y sus interacciones con los animales, en ecosistemas donde ambos elementos son codependientes y regulan patrones de comportamiento de las especies
MEXICALI.- El ritmo acelerado de las actividades cotidianas, generalmente impide a las personas notar la presencia de la energía en cada una de ellas; desde tomar una ducha, desayunar y arreglar su ropa en casa, hasta trasladarse y estudiar o trabajar en sus lugares de destino.
Sin embargo, la energía es un recurso que, por el bien de todos, debería gestionarse e incluso inventariarse y planificar su uso, explicó el Mtro. Mario Alonso Ramos Pérez, coordinador del programa de Ingeniería en Energías Renovables de CETYS Universidad Campus Mexicali.
La finalidad no es parar actividades ni desconectarse del uso de fuentes de energía como el gas o la electricidad, añadió, sino usarlas en la medida justa y asegurarse de obtener el máximo provecho posible de cada uso, aplicando una buena gestión energética.
Tomar conciencia de la necesidad de gestionar adecuadamente el gasto energético, tanto en el hogar como en los centros de trabajo y grandes empresas, es urgente, pues los efectos de no hacerlo empiezan a percibirse alrededor del mundo. Un ejemplo de ello es la aparición de plagas de chinches en diversas ciudades de México y Europa.
“El consumo de energía provoca una demanda al sistema eléctrico; la energía que se usa se tiene que generar de alguna forma, que generalmente es a través de la quema de combustibles fósiles. En México, el 54% de la energía se produce por quema de gas natural en un ciclo combinado, que aunque es mucho más amigable con el ambiente en comparación con la antigua quema de carbón, sigue representando una emisión importante de gases de efecto invernadero”, detalló el coordinador.
La alta emisión de gases que se produce durante el proceso de generación de la energía necesaria para satisfacer una demanda elevada, impacta directamente al clima y sus interacciones con los animales, en ecosistemas donde ambos elementos son codependientes y regulan patrones de comportamiento como la migración y la reproducción de las especies.
En este caso, la alteración se refleja en la aparición de plagas de insectos, como la actual oleada de chinches. “Si desperdicias energía, ya seas ciudadano o una empresa, haces que el gasto energético sea mayor y que se incrementen las emisiones de gases y por supuesto que vamos a tener alteraciones. Antes se hablaba del calentamiento global y se pensaba que todo se iba a poner simplemente más cálido, pero eso no es todo, los ecosistemas son muy frágiles y ya lo estamos notando, tanto con las plagas como con veranos cada vez más largos e inviernos más cortos a nivel global”.
En este contexto, es necesario pensar en las implicaciones del uso indiscriminado de los recursos y empezar a tomar acciones para revertirlo, fomentando hábitos positivos en las generaciones actuales y futuras.
Por ejemplo, para abastecer la demanda de energía en México, es necesario producir 340 mil GWh de electricidad. Un hogar mexicano promedio consume 280 kWh en promedio mensual durante el año y todos los hogares en conjunto representan el 27.5% del total del consumo energético en el país, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía.
Los restantes 30% y 23% los consumen las pequeñas y grandes empresas instaladas en el país, respectivamente, pero, si por lo menos el 30% que representan los hogares inician acciones pequeñas como disminuir la cantidad de horas de uso de iluminación artificial o evitar encender al mismo tiempo más de dos aparatos que requieran electricidad, sobre todo en segundo plano como suele ser la televisión, la radio o la computadora, podrían generarse cambios importantes.
“Se trata de pequeñas acciones que, en conjunto con la cantidad de personas que somos y el consumo total que tenemos, pueden dar grandes resultados o al menos iniciarlos, para luego, exigir que las pequeñas y medianas empresas sigan haciendo su parte. De hecho, cada vez más organizaciones se dan cuenta de que no pueden responsabilizar a las áreas de mantenimiento o de producción de llevar a cabo una adecuada gestión energética, provocando la necesidad de crear puestos y departamentos especializados en el área energética, lo cual hace cada vez más importante contar con profesionales preparados en el tema de energía.
Todos podemos y debemos aplicar gestión energética, es relevante para el medio ambiente y para solucionar afectaciones que ya estamos viendo que pueden suceder por el consumo excesivo de energía eléctrica; son temas complejos en los que es necesario que las personas se involucren y se preparen, nunca es tarde para empezar a hacer pequeños cambios que tengan gran impacto”, concluyó el especialista.